Si tienes más de 40 esto te suena…
En la escuela se nos enseñó a desarrollar habilidades mentales pero no se nos dijo ni una palabra sobre habilidades:
- emocionales
- sociales
- financieras
- espirituales
La educación convencional nos entrena para ser buenos empleados pero no para ser los dueños de nuestra economía ni los agentes de nuestro futuro. Absurdo.
El mundo laboral ahora deja de ser borroso y se hace transparente: la eficiencia y la ineficiencia destacan más que nunca.
No hay donde esconderse. Los santuarios y trincheras laborales del pasado se extinguirán, no podremos ocultarnos detrás de una corporación o unas oposiciones; es la hora de “la marca personal” y el valor añadido. Es la hora de trabajar por pasión y coherencia, no por dinero.
– Lo ineficiente es barrido por lo eficiente.
– El consumo injustificado cederá paso a la cordura en la gestión de recursos y materias primas.
– Lo inútil, será por fin descartado
– Lo útil, cada vez más apreciado.
– La falta de coherencia nos pasa factura.
– La falta de significado llena las consultas de los psicólogos y las cajas registradoras de las farmacias.
Es hora de reunir de nuevo lo que somos con lo que hacemos, un divorcio que nunca se tuvo que producir.
El rol de papá Estado malcriando a sus ciudadanos con dádivas insostenibles y debilitantes evolucionará hacia un rol más empoderante del individuo. Me temo que se acabó la sopa boba, las personas deberán conectar con sus talentos, desarrollarlos y ofrecerlos al mundo para generar valor auténtico, sólo así podrán disponer de un medio de vida. Preveo un futuro caro y unas pensiones bajas.
¿Qué estrategia tienes para tu jubilación?
Espero que no consista en sobrevivir con una pensión
* Trabajar con corazón y conciencia no será algo exótico sino una necesidad (trabajar sólo por dinero tiene los días contados, es que además ni siquiera será rentable). He comprobado que cuando solo pretendes ganar dinero es muy difícil conseguirlo. ¿Por qué?, porque el dinero es un efecto de una causa. Tu situación económica actual es un efecto que se ha estado cocinando durante mucho tiempo antes de hoy.
* Puesto que vamos a trabajar hasta los 70 años, es mejor que nos procuremos una ocupación que nos apasione, de lo contrario viviremos una auténtica pesadilla. Debido a que muchos deberán seguir trabajando después de su jubilación a los 70 años, la pesadilla se convertirá en un infierno. No me imagino, ni en el peor de los sueños, una carrera laboral de cuarenta y cinco años sumido en el desinterés y la apatía esperando el retiro. No me cansaré de insistir en la importancia de elegir una ocupación con sentido y significado para conseguir, primero más realización, y segundo mayores ingresos.
Cuando uno trabaja en cualquier cosa, acaba cobrando cualquier cosa.
* Conciencia y dinero van de la mano. He escrito varios libros para despertar y expandir la conciencia financiera. Es hora de abandonar el paradigma mental que percibe incompatibles el dinero y la conciencia. Yo mismo me considero una persona profundamente espiritual y a la vez próspera. Abundancia y conciencia van de la mano. La pregunta es,
¿En qué clase de persona me he de convertir para que me vaya mejor con el dinero?
Hace mucho que K. Marx denunció el divorcio entre “quien somos” y “lo que hacemos”.
Esta falta de coherencia nos conduce a llevar dos vidas: la personal y la laboral.
Achacó este mal a la economía capitalista. Y ahora empezamos a darnos cuenta que las consecuencias de trabajar en lo que no amamos nutre las consultas de psicólogos. Sé muy bien de lo que hablo porque yo mismo viví en la incoherencia antes de dar un giro radical en mi vida profesional.
Si algo es seguro y constante es el cambio.
Y por esa razón lo único seguro es que no hay nada seguro. Cuando hablamos de dinero este razonamiento es percibido más como una amenaza que como una oportunidad. De hecho la palabra “riesgo” se asocia más con la opción de perder que con la opción de ganar. ¿No llama la atención que estemos más enfocados en la pérdida que en la ganancia?
Muchas personas, la inmensa mayoría, aman lo conocido sea o no de su agrado, piensan que lo desconocido podría ser peor que lo conocido. El cambio siempre está fuera de la zona cómoda o sentida al menos como segura. Pero la pregunta que deberíamos formularnos todos es:
¿Existe la seguridad?
En mi opinión, como ya he dicho, lo único seguro es que no hay nada seguro. Y en la economía que viene el paradigma de la seguridad se convertirá en una pura fantasía. Es el momento para prescindir de la inexistente seguridad y reivindicar el valor y el atrevimiento para crear una vida mejor.
Es tiempo de grandes cambios.
Sobre todo de mentalidad, y si vamos más allá: de valores.
Vivimos de tiempo de cambios, de hecho siempre lo son, lo que ocurre es que ahora los cambios son más veloces y también más grandes. Es el cambio exponencial a velocidad exponencial. Cuando hablamos de cambios lentos, se produce la evolución, cuando son muy rápidos tenemos la revolución. No es nada extraño, ocurre con frecuencia a lo largo de la historia de las civilizaciones: a la evolución a través de la revolución.
En la economía periódicamente se producen contracciones y expansiones. Es normal, lo nuevo en nuestros días es que hoy las economías están globalizadas, estrechamente vinculadas y muy bien comunicadas. Los fenómenos económicos nos advierten de lo que, a estas alturas, ya deberíamos tener bien sabido: somos Uno.
En la actualidad, un “virus económico” atraviesa el mundo en horas y se contagia a las diferentes economías en días. Ya no basta con estar atento a la evolución de la ciudad, la comarca, la región o el país, sino que es preciso preveer el siguiente movimiento de un país vecino o de un continente lejano. El mundo se ha encogido varias tallas y todo afecta a todos.
Creo que la economía está mutando a nuevos modelos tanto de consumo como de generación de ingresos. El dinero se ganará de diferentes formas y deberá gastarse también más inteligentemente.
¿Tenemos la cultura financiera para percibir los cambios? Yo creo que no.
Demasiadas personas esperan el final de la crisis sin revisar sus valores, creencias, conocimientos y comportamientos… para luego volver a la vida de siempre. Nuestro mayor riesgo ahora mismo es seguir siendo los de siempre, pensar y creer lo que siempre hemos pensado. Sé que las cosas ya no serán como antes. Y esto no es ni bueno ni malo, es evolución, y en concreto: revolución (económica).
Miro las noticias y observo como gobiernos, no todos, y ciudadanos, la mayoría, tratan de solucionar sus nuevos problemas con viejas soluciones. Y así retrasan las soluciones, demoran la reacción y el cambio, se aplican la estrategia de la avestruz.
Me preocupa que agentes sociales y particulares se echen mutuamente la culpa de la crisis y se contenten con esperar tiempos mejores. No percibo que se hagan los deberes y cuando llegue el examen habrá un suspenso y una gran decepción. No percibo tiempos mejores para quienes sigan aplicando viejas y pobres recetas, sean países o personas.
La gente en occidente no tiene ni idea de lo mucho que tendrá que cambiar si quiere jubilarse en condiciones.
En las noticias leo que en España se dispara el paro y que los que trabajan, tienen la “suerte” de ser mileuristas. Menudo panorama. ¿De verdad alguien cree que con un par de tiritas y un vendaje, mal puestos, la economía saldrá adelante? ¿Alguien cree que puede confiar su jubilación al Estado despreocupadamente? ¡Qué irresponsabilidad!
Miles de empleos, sin futuro, tienen los meses contados. Otros miles de empleos se mantendrán, sí, pero sus remuneraciones bajarán y bajarán año tras año. Se han acabado los aumentos de sueldos porque ahora, globalmente, hay más gente que quiere trabajar que trabajos.
Escribí El Código del dinero y Adelanta tu jubilación para sacudir mentalidades aún dormidas en lo que a su economía respecta, que son muchas. En él encontrarán sugerencias útiles, revolucionarias.
¿Qué otras cosas podrían hacerse?
- Ponerse las pilas de verdad
- Formarse financieramente
- Leer entrelineas las mentiras que nos cuentan los medios de comunicación y los políticos de turno
- Aprender sobre el tema en profundidad
Ahora mismo hay disponible suficiente información en nuestras librerías e Internet como para navegar sobre la cresta de la ola del “tsunami financiero” (y no debajo de la rompiente de la ola).
¿Sigues por ahí o me has abandonado por el camino?
Soy Raimon Samsó, director del instituto de expertos.
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Lluisa Ochoa dice
Me apunto Ana a desarrollar las habilidades emocionales, sociales, financieras y espirituales. Un coctel que si se sabe preparar con la medida exacta de estos ingredientes da como resultado una bebida mágica, os lo garantizo. Adelante y como bien dices, nosotros a lo nuestro¡¡¡¡¡¡. Lluisa
Ana Bizarro dice
Cuenta conmigo Luisa para ese cóctel!
Laura me avisó, pero he comprobado, que vamos a aprender muchas cosas juntas.¡Qué maravilla!
Te espero en Guipúzcoa y te cuento mis secretos virtuales: si hace buen tiempo navegaremos…Y sino de paseo a Biarritz.
Nosotras a lo nuestro (Jajaja)
Marta Romero dice
Hola Ana. Gracias por todo. Me encanta tu espírito alegre, inconformista, y luchador ,…me encanta también que ese mismo espíritu desborda paz y amor ,…. Para mi eres una inspiración. Un saludo
Ana Bizarro dice
Gracias a ti por pasar y comentar.
A mi también me gusta que me inspiren: estoy cansada de obedecer y comprobar q no sirve de nada.
No es fácil pero debemos conseguir nuestra libertad financiera: hombres y mujeres!
En ello andamos ¿no?
Rafa Camacho dice
¡Hola a tod@s! en el Congreso de Marca Personal del sábado pasado compré el videolibro «Adelanta tu jubilación» de Raimon Samsó; visto y leído (soy un lector compulsivo). Recomendable a personas cuerdas, las locas ya lo tenemos 🙂
Ana Bizarro dice
Así es! Pero a los cuerdos les encanta nuestra locura 🙂
Rafa Camacho dice
Y tanto que les gusta, ¡la locura responsable es saludable!
Mi definición de «loco»: persona demasiado cuerda 🙂
Buen fin de semAnA