LIMPIAR, SOLTAR Y BRILLAR
5 PASOS PARA ALCANZAR NUESTRO PESO JUSTO
No, no hagas dieta. Parece contradictorio que lo diga yo, una entrenadora nutricional. Y sin embargo, insisto: no hagas dieta.
No sin antes reparar tus sistemas de eliminación.
Millones de personas acaban de empezar una dieta para eliminar los dichosos excesos del invierno. Y lo hacen de golpe, de un día para otro, sin preparar al cuerpo. ¡Vaya jarrón de agua fría! Esto suele producir un estancamiento y el efecto contrario al que deseamos, es decir, no bajar ni un gramo.
Seguro que ya sabes que la grasa es un depósito de energía que se acumula en el organismo, especialmente en la hipodermis (los conocidos ‘michelines’) y alrededor de los órganos (grasa visceral). La grasa es fácil de acumular y difícil de perder… ¿te suena verdad?
Creemos que engordamos porque ingerimos más calorías de las que gastamos. Esto es en parte cierto sin embargo hay personas que comiendo lo mismo, una engorda y la otra no… Y supongo que estarás pensando: ‘Es que tiene un metabolismo rápido’, ‘es que tiene suerte’, ‘es cosa de los genes’, ‘es que hace ejercicio’, etc.
Bueno, vayamos a lo importante. Está claro que una persona que acumula, significa que los órganos de depuración y eliminación (sistema digestivo, hígado y vesícula biliar, riñones, sistema linfático, piel y pulmones) no están funcionado adecuadamente y por ello es imprescindible limpiar y reparar primero estos órganos. Con la mayoría de mis clientes de coaching para bajar de peso realizamos un trabajo holístico con una limpieza previa del organismo y un trabajo a nivel mental y emocional. Aquí te hago un resumen de los pasos a seguir antes de empezar la realización de una dieta:
PASO 1: DEPURACIÓN DIGESTIVA Y EQUILIBRIO INTESTINAL
El sistema digestivo siempre se encuentra involucrado en todos los malestares y disfunciones físicas y emocionales. Es nuestro segundo cerebro y es súper sensible a las toxinas. Debemos limpiar los intestinos y para ello hay que empezar con:
- Aumentar nuestras bacterias intestinales también llamadas flora intestinal con probióticos. Incluir alimentos fermentados como los vegetales fermentados (col, zanahorias, olivas, pepinillos, miso, tempeh, etc.).
- Eliminar el gluten de nuestra dieta. Actualmente el trigo que se cultiva contiene un 80% más de gluten y unos 20 cromosomas más que el pan que consumían nuestros abuelos. Nuestro cuerpo no puede con tanto gluten y nuestro sistema digestivo se irrita. Así que o bien encuentras una panadería que utilicen harinas de trigo antiguo o bien pasas del pan y tomas quinoa, mijo, arroz integral, alforfón o maíz. Notarás el cambio, lo agradecerás y adelgazarás.
- Evitar el consumo de azúcar/fructosa, lácteos, grasas saturadas y alimentos procesados, también evitar los antibióticos (incluyendo los que vienen contenidos en las carnes provenientes de animales criados en granjas), el agua clorada y la contaminación.
- Realizar una limpieza de colon ya sea con lavativas o con hidroterapia de colon.
- Tomar agua, bastante agua.
Esto nos ayudará a reparar y mejorar nuestro sistema digestivo. Se sabe que las personas con tendencia a la obesidad presentan poca diversidad bacteriana intestinal así que ya sabes lo que hay que hacer.
PASO 2: LIMPIEZA HEPÁTICA
Si el hígado está sobrecargado no puede realizar sus funciones correctamente y nos sentimos cansados, irritados e impacientes. ¡Un hígado enfadado no es buena cosa! Además, la bilis de la vesícula biliar (que lleva mucho colesterol y sales biliares) no es expulsada regularmente por lo que se acumula y forma cristales perjudiciales a largo plazo.
Al hígado le encanta todo lo verde, el sabor ácido y todo lo nuevo y muy fresco así que en este segundo paso o conjuntamente con el primero lo que haremos es:
- Tomar muchas verduras verdes: ensaladas, judías verdes, alcachofas, bróculi, perejil, germinados, espárragos, berros, apio, pepino, calabacín, col verde, etc. Pero cuidado, no debemos cocinar mucho las verduras. Sé de personas que matan las verduras con cocciones de 20 minutos (¡una eternidad!) Lo ideal es que queden crujientes para poder beneficiarnos de sus propiedades. Las judías verdes en 7 minutos están, el bróculi en 3 minutos, los espárragos en 4 minutos… Ya no puedes poner la excusa de que cocinar verduras lleva mucho tiempo.
- Descubre las algas, nos ayudan tanto para el hígado como para el sistema digestivo, linfático y renal. Un todo en uno.
- Infusiones de cardo mariano, salvia, diente de león, boldo, limón o jengibre. Mejor por la noche, antes de acostarnos ya que el hígado se activa por la noche.
- Tomar alimentos ácidos: verduras verdes, frutas ácidas (pomelo, limón, kiwi…), vinagre de arroz o de umeboshi. Evitar los vinagres comerciales actuales que son químicos y matan la flora bacteriana y acidifican el organismo.
- Empezar cosas nuevas. Cambios y limpieza de armarios, cajones, papeles, etc.
PASO 3: RELAJAR LOS RIÑONES
Nuestra sangre necesita realizar un proceso de depuración constante y este papel lo desempeña el sistema renal. Si los riñones están tensos por un exceso de proteínas animales, grasas saturadas, sal refinada y poca agua, no pueden diluir y eliminar las toxinas y los filtros renales se estresan produciendo retención de líquidos y acumulación de toxinas en sangre y articulaciones.
Obviamente los riñones necesitan mucha agua. Es su herramienta de trabajo y sin ella no funciona a pleno rendimiento. ¡Vamos a sacarle todo su potencial!
Además del agua, a los riñones le gusta el sabor salado pero cuidado, no le gusta la sal refinada porque no contiene todo lo que necesita. La sal refinada debe desaparecer de nuestra cocina y de nuestra vida. Hay que utilizar sal sin refinar que contiene todos los minerales y oligoelementos tan beneficiosos para nuestra salud. Poca cantidad es suficiente para nuestros riñones y mejor tomarla diluida en agua o en forma de salsa de soja o condimentos naturales. Otra opción es el agua de mar.
En cuanto a alimentos se refiere, los riñones tienen predilección por los alimentos de color oscuro como las bayas, de forma arriñonada como los azukis y frijoles o los alimentos provenientes del mar como los pescados y mariscos, aunque al ser tan concentrados, se necesita muy poca cantidad.
PASO 4: DIETA DE PENSAMIENTOS Y EMOCIONES
La acumulación de grasa es un reflejo del funcionamiento de nuestros pensamientos. ¿Por qué? Cada pensamiento genera que el cuerpo segregue diferentes tipos de sustancias químicas naturales del cuerpo como por ejemplo hormonas como la insulina y el cortisol o los neuropéptidos (que tienen que ver con la regulación de la ingesta de comida y bebida). Así pues, un pensamiento puede hacernos engordar sin saberlo.
Es muy importante detener esta bola de pensamientos negativos que cada día se hace más y más grande a la vez que nuestro cuerpo también lo hace. Nuestro entorno también puede tener un efecto contraproducente. En mi curso Adelgaza con la mente hablo ampliamente de la influencia de nuestros pensamientos, de lo que nos rodea y de cómo nuestras emociones se solidifican en nuestro organismo. Podemos acumular peso emocional desde la adolescencia y verse reflejado en el cuerpo años después. A veces el sobrepeso nos indica la necesidad de un cambio a otro nivel, no a un nivel físico con la alimentación sino a un nivel mental y emocional. Por ello es imprescindible que al hacer una dieta hagamos también un trabajo de dieta emocional.
PASO 5: SOLTAR, DEJAR IR
Vivimos bastante desconectados de nuestro yo, de nuestro ser interior. En pocas ocasiones improvisamos o nos dejamos llevar por la intuición. Necesitamos controlarlo todo, que todo vaya como nosotros queremos. Incluso llegamos a querer que los demás vivan y piensen como nosotros. Pero en realidad lo que nos pide nuestro corazón es libertad, flexibilidad y dejar ir. Soltar.
Mis alumnas del curso “La Dieta Divina” han entendido que nuestro cuerpo es el templo que guarda el espíritu y hay que cuidarlo para que pueda brillar nuestro ser divino.
Al trabajar en estos pasos, vamos a sentirnos más ligeras, ágiles, vitales y conectadas. No hay que obsesionarse haciendo dieta sino cuidar la alimentación comprendiendo el funcionamiento del organismo. Primero limpiar, después soltar y finalmente brillar.
Monica Suarez
Coach nutricional y emocional. Experta en alimentación energética.
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Carme dice
Leer este artículo, y saber que no tienes que estar contando la cantidad de calorías y demás; digo guau que chulo.
Se acabó el sufrir ¡ Seguiré tus consejos !
Muchas gracias.
Un abrazo.
Ana Bizarro dice
La vida es sencilla … si no escuchamos los que quieren complicárnosla para alimentar «su codicia».
La mente controla cuerpo, corazón … pero no, nuestra conciencia. Y esta es sabiduría.
Empieza la cuenta atrás 😉
sandra dice
Me ha encantado el artículo. Creo fervientemente que la manera de pensar hace que veamos de diferente manera el mundo y por consiguiente tengamos vidas distintas. Y el tema de la alimentación es lo mismo. Todo forma parte de un puzzle que tenemos que montar nosotros de buena manera si queremos ser felices. Gracias por la informacion
Ana Bizarro dice
A ti por comentar Sandra.
¿Te has descargado el calendario de crecimiento emocional para padres 2016? Es la bomba!!! Te gustará. Y es atemporal.
También vale para el 2017 😉
Se me acaba de ocurrir una brillante idea … te escribo¡!
Miquel Pino dice
¿Guau! ¡Que los pensamientos nos pueden engordar!
No lo sabía, pero está bien ser conscientes.
Ahora es un buen momento para depurar mi cuerpo y ordenarlo con una alimentación consciente donde tendré en cuenta tus consejos.
Muchas gracias por transmitir tu conocimiento Mónica y a ti Ana por hacerlo posible.
Un fuerte abrazo.
Ana Bizarro dice
Sí Miquel la mente es muy poderosa para lo bueno y para lo malo.
La alimentación es un tema muy importante y la primavera el momento idóneo para un buena limpieza.
A ti por comentar 😉