Antes de entrar a hablar de mi relación de pareja…
En el año 2018 no me conocías querida Ana, pero me visualicé aquí, escribiendo para ti, para tu comunidad y lo que fue un sueño, hoy se materializa.
Gracias Ana, por tu generosidad, entrega, inspiración y transparencia, iniciar el camino en el mundo digital definitivamente ha sido más fácil al lado de poderosas mujeres como tú.
Espero que tu comunidad y tú disfruten leyendo el artículo tanto como yo disfruté escribiendo.
Muchas veces estamos inmersos en el sueño idílico de conseguir una relación de pareja perfecta, sin detenernos a pensar qué le damos nosotros al otro o qué hacemos para atraer a quien merecemos.
Este criterio también aplica para los que ya están en una, pero no se sienten a gusto.
¿Qué debo aprender de esto que siento? Es la pregunta que nos conduce al camino del autoconocimiento y la programación para sanarnos, re enamorarnos y conectar con personas con quienes podamos florecer y encontrar ese propósito mutuo.
Mi historia personal que muy bien puede ser la tuya
Antes de entrar en profundidad, quiero hablarte un poco de mi historia, ésa que me condujo a un presente por el que me siento orgullosa e infinitamente agradecida.
Hace muchos años, cuando conocí a quien es hoy mi pareja, me encontraba en un proceso de sanación, intentando rehacerme y recogiendo uno a uno mis pedazos rotos.
Venía de haber pasado lo que, en ese momento para mí, era una desilusión. Había puesto mis sueños e ilusiones en lo que creía era la relación perfecta, pero que, en cambio, terminó llevándome al lado oscuro de mi personalidad. A partir de ahí decidí sanarme a través de mi relación y me re enamoré.
Hoy esa experiencia que veo como una enseñanza, fue en realidad la situación que me llevó a conectarme con esa parte de mí que no conocía y que me permitió desarrollar el don, el poder y la capacidad de decidir voluntariamente amarme de una forma consciente, de permitirme escuchar mi interior y de darme todo el respeto que merezco.
Para muchos, ésta podría ser una situación gris en un pasado oscuro, pero la verdad hoy la veo como una experiencia perfecta que la maestra Vida me puso enfrente para llevarme al autoconocimiento, la autoaceptación y el autorrespeto.
Debo aclarar de forma responsable que fue un proceso que tomó su tiempo, como todo en el mundo, y bueno, de eso se tratan las relaciones, de que a través del otro podamos conocernos.
Estar en una relación de pareja, o mejor dicho ser pareja, se trata de observar al otro, de observarnos internamente y de poner en una balanza lo que es realmente valioso en el amor.
Hablo de mi historia, porque estoy segura de que en alguna parte puedes sentirte identificado con una colombiana enseñando a un hombre extranjero a amar.
De hecho, me han preguntado muchas veces «¿Y si nos hablas del amor? ¿Cómo puede un hombre conectar con el amor con pareja o sin ella?«
Te invito entonces a que sigas leyendo lo que tengo para ti.
El cambio necesario en la relación de pareja para sanar de forma consciente
Leí una vez que sin cambio no hay mariposa porque es necesario observarnos y hacer un trabajo de autoconocimiento para poder enfrentar los fantasmas interiores (esas zonas grises de nuestro ser) para poder avanzar y poder relacionarnos con alguien desde la conexión previa con nosotros mismos.
Muchas veces ese cambio proviene de situaciones que en su momento, vemos como malas o tristes, pero la verdad es que la vida es tan perfecta que nos pone en situaciones “difíciles” para que aprendamos la lección que nos muestra de forma (tal vez) dura e insistente, porque parece que muchos estamos empeñados en aprender a punta de tortazos.
Para dar esos pasos necesarios y entender que cada experiencia de vida nos lleva a ser quienes hoy somos (si aprendemos de ella y prestamos atención a los detalles de lo que nos quiere enseñar) debemos pasar por un proceso de introspección.
Solo allí podemos aprender que, cuando estamos en pareja, somos dos naranjas enteras y no dos mitades, como históricamente nos han vendido.
Cuando estamos completos,
cuando estamos llenos de amor propio,
estamos preparados para tener una relación sana.
Nadie puede dar de lo que no tiene. Si no has hecho el proceso de amarte primero, difícilmente podrás encontrar el amor en ninguna parte. Clic para tuitear¿Qué quiero obtener de una pareja? vs. ¿qué tengo para ofrecerle?
Y si mejor cambias por la pregunta: «¿Qué puedo construir en conjunto con una pareja?«
Seguro la respuesta a esta pregunta terminará desarmando ideas preconcebidas, producto de estímulos del entorno y creencias arraigadas que hacen daño.
Son muchas las razones por las cuales una vida en compañía de alguien va más allá de los patrones sociales de casarse, comprar casa, cambiar de carro, tener hijos, tener perro y gato.
Nos unimos a alguien porque queremos tener ese aliado con el cual crecer, construir un futuro y amarnos realmente.
Cuando conocí al que hoy es mi esposo, hace doce años, fue curioso, porque él no hablaba español, ni yo francés, maravillosas horas dibujando en los manteles de papel en los restaurante de Bogotá en un intento por comunicarnos, y pudo más ese primer click que sentimos para darle cabida al amor, incluso a pesar de las diferencias culturales.
Así nace una relación sana donde la fusión de gustos e ideas divergentes permiten conectar a un nivel más profundo.
Si estás buscando tu «media naranja», mejor completa la que te falta trabajando tu autoestima.
El amor se trata de dos naranjas enteras que se juntan para avanzar. ¡No hay otra forma!
La paradoja de las diferencias en la relación de pareja
Parece paradójico, pero las diferencias son tan capaces de unirnos como los puntos en común.
Explicaba el maestro Gerardo Schmedling:
“Las relaciones de amor se caracterizan por el reconocimiento de los valores esenciales de la vida, donde cada persona reconoce el valor del otro en la relación.
Esto se manifiesta en la aceptación de las diferencias conceptuales, como oportunidades de aprendizaje mutuo, de excelente comunicación, de acuerdos autoasumidos, de apoyo incondicional y de satisfacción constante”.
¿Viste por donde van las naranjas?
Si nos unimos a alguien para esperar a que nos haga felices o sean la copia fiel de lo que hemos idealizado, la vida, con su sabiduría infinita ,se encargará de enviarnos las pruebas necesarias hasta que aprendamos la lección.
No importa si es de tu país, es extranjera o hay diferencia de edad, lo que importa es que tengas presente que nadie vino a este mundo a cumplir expectativas y que, si está en tu vida, es porque es la que corresponde.
Dure una semana o dure toda la vida, está allí con un propósito.
¿Cómo conectarnos en el amor si somos tan diferentes?
Las diferencias nos permiten desarrollar la tolerancia.
Mi esposo es un ciudadano francés, bien parisino, y yo soy muy, muy colombiana, cada uno con sus puntos de “discordia cultural”.
En nuestra relación teníamos batallas de poder, porque yo no soportaba que me dijera cómo tenía que llevar la economía de la casa.
Me negaba a ceder, a perder el control y por supuesto, él tampoco quería hacerlo. Entrábamos en un círculo vicioso de quién tenía o no la razón.
Cuando aprendí que estaba reaccionando a un estímulo automático y me di la oportunidad de comprender que no se trata de tener razón sino de aceptar que exiten infinitas formas y caminos para lograr un resultado, todo cambió.
La pareja viene a nosotros para ser nuestro entrenador emocional y espiritual, para enseñarnos desde aquello que creemos de forma terca, que debemos cambiarle y que es una lección que debemos aprender.
Por esto, es necesario que enfoquemos nuestras energías en entablar relaciones duraderas, que nos permitan aprender y enseñar cada día, evitando invertir tiempo en relaciones desechables, que al final, no nos nutren ni nos ayudan a crecer.
No te digo que la pareja es eterna o que un matrimonio debe durar para toda la vida, hay algunos casos en los que el amor dura para siempre, pero otros tienen fecha de caducidad. Así debe ser y no pasa nada.
Para que el amor dure no hay un manual, solo aceptar que cada relación es diferente y disfrutar de forma consciente cada momento, procurando ser la pareja que queremos en nuestra vida y conocernos a través de ella.
Aprender la lección es la clave, por eso si conectas con alguien y hay algo que te molesta pregúntate:
¿Por qué me hace sentir de esta manera?
¿Para qué la vida permite que pase por esto?
¿Cuándo voy a aceptar que tengo algo pendiente por aprender?
¿Qué me está mostrando esta situación?
¿Cómo hago para manejar lo que causa en mí?
Las respuestas están en tu interior, pero como el cambio no sucede por arte de magia, un poco de ayuda no está demás.
¿Te imaginas poder dar los pasos al cambio, teniendo a mano una caja de herramientas para poder conectar con tu pareja perfecta?
Las mejores herramientas para amar (de verdad), conectar con otra persona y mejorar nuestra relación de pareja
¿Cómo hago para aprender la lección que necesito para atraer la pareja que quiero en mi vida?
Antes de entrar de lleno en las herramientas, quiero aclarar que no atraemos la pareja que queremos sino la que corresponde. Todo es perfecto.
Entonces, la pregunta correcta es ¿qué cambios debo realizar para corresponder con una pareja con la que pueda construir experiencias satisfactorias?
Principio 1. Aceptar las situaciones y ver la oportunidad de mejora que traen consigo.
¿Te molestan algunas actitudes de tu pareja? ¿Odias que te lleve la contraria?
¿O sientes que cada pareja que te consigues es peor que la anterior?
Eso refleja una restricción mental para aceptar los comportamientos que tiene esa persona o aquello que no has sanado.
Recuerda, hablo de aceptar no de resignarse.
Aceptar es comprender que lo que te sucede es lo que corresponde para que aprendas ese algo que la vida considera oportuno en ese instante o tomes una decisión que estás postergando.
Resignarse es asumir el papel de víctima, tirar la toalla, y pensar que lo que te pasa es culpa de los demás, cayendo así en un espiral de nunca acabar.
¿Es fácil? ¡No! De eso se trata.
Haz una lista de cosas que no aceptas de tu pareja (o ex-parejas) y comienza a soltar.
A medida que avances, la vida dejará de ponerte en esas situaciones porque comprenderá que ya has pasado esa lección y debes pasar a otro aprendizaje.
Clave: “Aceptar te libera del sufrimiento”.
Clave: “Aceptar te libera del sufrimiento”. Clic para tuitearPrincipio 2: Asume tu relación de pareja y tus relaciones en general.
Las situaciones que se te presentan están ahí para enseñarte. Estas son correspondientes con el «abanico de lecciones» de tu crecimiento espiritual.
Nadie te hace nada, tú lo permites.
Lo mismo que nadie te hace feliz, el amor empieza por ti.
Al asumir esta posición, dejas de ponerte como la víctima y te conviertes en una persona que comprende que todo lo que pasa es el resultado de las decisiones que ha tomado, y de las reacciones y emociones que experimenta.
A partir de este cambio, logras manifestar situaciones correspondientes con un nivel de bienestar más elevado y unas relaciones más sanas.
Clave: “Asumir te permite manifestar relaciones correspondientes y sanas”.
Principio 3: Actúa en la vida y en pareja
La vida es de los valientes, de quien se arriesga y toma lo bueno de la situación, aunque los resultados no sean los que esperaba.
Una vez que hayas asumido y aceptado, debes tomar medidas para avanzar y pasar de la espera a la acción, pero entendiendo que hay cosas que no podemos cambiar.
Ahora sigue hacerte las preguntas clave para tomar decisiones en tu relación:
- ¿Puedo hacer que mejore?
Realiza las acciones que consideres adecuadas para que tu relación esté mejor. Por ejemplo, ceder ante las sugerencias de tu pareja en cuestiones económicas, intentar llegar a acuerdos en situaciones que te molestan o aprender a no tomarte nada personal.
Si al realizar estos cambios las cosas mejoran, ya sabes que la vida te está dando el espaldarazo para continuar.
- ¿Puedo cambiarla?
Si la vida considera que eres el vehículo para el cambio, te pondrá las señales y te dará las herramientas correctas. De lo contrario, ya sabes que tienes trabajo interno por hacer.
- ¿Puedo alejarme?
Aquí analizas los pros y contra de hacerlo, puesto que en ocasiones no son más que pataletas.
Si estás conviviendo, la separación debería ser la última opción, a menos que estés seguro de que ya no amas a tu pareja.
Ejemplo:
Cuando estaba en las batallas campales con mi esposo por cualquier tontería, contemplé el divorcio. Imaginaba cómo sería mi vida sin él y ya sabía cómo lo haría. Hice un alto, entré en perspectiva para identificar lo que realmente valoraba en la relación, el para qué estaba con él, y resultó que pesaban mucho más esos valores que las diferencias. Después es un entrenamiento, ¿qué es más importante? ¿el color de la pared o tener una casa donde vivir? Tú decides.
Frase clave: Hazte las preguntas correctas y actúa en consecuencia.
Principio 4: Agradecer los momentos difíciles en la vida
Los momentos difíciles tienen dos aristas: los ves como un castigo o los ves como un aprendizaje y agradeces haberlos vivido.
Cuando agradeces las dificultades, experimentas la liberación y renuncias al sufrimiento. Comprendes que ese momento de sombra es parte de la pedagogía de la maestra Vida, que te está preparando para evolucionar y potenciar tus virtudes.
¿Cuántas veces te has dado cuenta de que aquella pareja que te dejó no merecía estar en tu vida? Eso solo lo supiste cuando tu corazón sanó.
Haz un recuento de las experiencias vividas y extrae de ellas las bendiciones que aún no has notado.
Verás que en tu existencia todo es relativo.
Gerardo Schmedling lo decía: “La realidad es neutra”.
Frase clave: Agradece cada experiencia vivida y revisa lo que tiene para mostrarte.
Principio 5: Valorar y disfrutar tu relación de pareja
Cuando valoras lo que tienes, le dices a la vida que te gusta lo que te está dando y ella te bendice en mayor medida, para que lo sigas disfrutando.
Lo contrario pasa si te quejas, la vida puede ver que no te gusta y te lo quita.
Imagina que te quejas todo el tiempo de tu pareja, lo mucho que desearías que fuera otra persona y otro montón de expectativas malsanas.
¿Qué crees que sucede?
Un día tu pareja se enamora de otro o se enferma de gravedad y muere. En ese momento, te das cuenta de que en realidad no era tan mala como creías y ya nada puedes hacer.
Perdona que me ponga tan trágica, pero así funciona.
La vida es justa y te da lo que necesitas, ni menos ni más. Ella nunca se equivoca.
Frase clave: Tienes lo que corresponde según lo valores y disfrutes.
Principio 6: Respeta los procesos de los demás
Todos nos encontramos en procesos de aprendizaje, cada uno a su manera y sin prisa.
Si ves una crisálida e intentas apurar la salida de la mariposa, la habrás dañado porque ella necesita terminar el proceso para tener fuerzas para volar.
Asimismo pasa con tu pareja: intentar cambiarla o apurarla solo perjudica su crecimiento personal.
Cuando interfieres, le estás faltando el respeto.
La aceptación y el respeto por los procesos de otros evitará en ti el sufrimiento innecesario, porque comprendes que cada uno es diferente.
Te sugiero seguir la filosofía “laissez faire”: dejar hacer, dejar pasar, sin que esto implique resignación.
Clave: No interfieras en el crecimiento personal y espiritual de tu pareja. El cambio se dará en el momento perfecto para ella, no para ti.
Conclusión
La primera relación que debes fortalecer es contigo mismo. De esta manera, haces el espacio para una pareja correspondiente con el amor que tienes para dar.
Tu pareja es la que necesitas en este momento para enseñarte aquello que no has sanado o para ayudarte a avanzar en tu despertar espiritual.
No importa si es extranjera o hay diferencia de edad, el amor no conoce fronteras. Lo demás depende de ti.
Lo que sí es tu responsabilidad es llevar el proceso de manera consciente para que tengas relaciones extraordinarias.
Dori Pecharroman dice
Hola Rossana,
Qué bonito el post e inspirador.
Los 6 principios que citas me parecen fundamentales en la pareja. Y personalmente, el que mejores resultados me ha traído es el sexto referente a respetar el proceso y momento personal en el que se encuentra mi pareja.
De hecho, creo que ese principio es algo fundamental a aplicar en todas las relaciones personales. Al menos intento aplicarlo, aunque no siempre es fácil…
Gracias y un abrazo enorme <3