
Tanto la escritura como la energía, son dos herramientas de comunicación que me apasionan. ¿Quieres saber por qué?
1 – Lenguaje y escritura
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué lo primero que nos enseñan en el colegio es a leer y a escribir?
Desde hace siglos, el ser humano siempre ha buscado la mejor manera de comunicarse con sus semejantes. Y no sólo eso, también de transmitir los conocimientos adquiridos, a las siguientes generaciones.
Al principio de los tiempos, el lenguaje oral era la herramienta que se utilizaba. Los mayores de las comunidades transmitían su conocimiento a los más jóvenes, a través del lenguaje oral, mediante historias o experiencias. ¿Qué sucedía? Que esto no siempre resultaba suficiente.
De ahí surgió la necesidad de la palabra escrita.
La #escritura, un modo de #comunicación en el que quedaban plasmado, sobre papel, todos los conocimientos de una generación, que se podían transmitir a otras, sin miedo a que nada se olvidara. Clic para tuitearPero la escritura y la lectura fueron, durante siglos, accesibles sólo a unos pocos; no fue hasta que se democratizó la enseñanza, cuando, de verdad, este conocimiento pudo estar en manos de todos (o de la gran mayoría).
Y esto me hace pensar en mi abuela materna. Leía despacito, puede que con tropezones, pero disfrutaba con sus libros. ¡Le gustaba mucho leer!

Y, sobre todo, le gustaba poder escribir todo aquello que nos quería dejar como legado: recetas, números de teléfono, fechas en las fotografías… Se sentía empoderada.
Además, le encantaba escribir bonito, como decía ella. Y era verdad: le costaba escribir, pero tenía una letra que recordaba a las antiguas letras de imprenta. Con 90 años, muchas tardes la veías haciendo cuadernos de escritura, porque le ayudaba a reducir el Parkinson que empezaba a salir a flote.
Mira, Noelia: así puedo seguir escribiéndote recetas o historias de cuando era niña, que tanto te gusta que te cuente.
Hoy, 4 años más tarde, todavía las echo de menos, pero cada vez que me paro a “escribir bonito”, como ella me decía, puedo recordarle a ella aplicada, con un brillo en los ojos, mientras escribía sus textos o repasaba sus cuadernos de caligrafía.
Apenas fue a la escuela un par de años; era la mayor de siete hermanos, en una familia de campesinos, pero siempre supo aprovechar bien el poco tiempo que pudo ir.
2 – Escritura liberadora
No sé si de ella, mi abuela, nació mi pasión por escribir.
Puede que también fuera por mi abuelo, que siempre me animaba a escribir cartas a mis amigas del pueblo o porque fui una niña tan tímida, que la escritura era mi compañera de aventuras muchas tardes de verano, cuando mis amigas de toda la vida se iban de vacaciones y yo tenía que esperar a que llegara julio, para poder irme con mis padres y mis abuelos al pueblo o al lugar que tocara de vacaciones.
Me costaba mucho hacer nuevos amigos, así que prefería pasar el tiempo en casa, leyendo y escribiendo o saliendo a pasear con mi familia.
La escritura me hacía sentir bien.
Escribí muchas historias y, sobre todo, plasmaba mis #sentimientos. En aquellos cuadernos (todavía sigo siendo doña Cuadernos) escribía las cosas que me pasaban, las que sentía o las que quería que me sucedieran. Clic para tuitearMe hacía sentir bien.
Algo similar me sucede hoy en día. La escritura, ya sea terapéutica o, simplemente, para recordar aquello que debemos hacer, me hace sentir bien.
A.- Escribir para liberarse
La primera, porque me ayuda a sacar todos aquellos sentimientos que tengo dentro y que me hacen mucho daño.
Una vez los escribo y los leo, siento mi mente menos pesada y que el nudo que tengo en el estómago se va soltando. Esto me ayuda a buscar soluciones y a relativizar. A veces, las cosas no son tan malas como las imaginamos.
- ¿Te pasa a ti también?
- ¿Lo has intentado alguna vez?
- Si no lo has hecho, te invito a que lo pruebes.
No es necesario ser una gran escritora, ni dedicarse a ello como hago yo.
- Simplemente, deja que tu mente fluya.
- Cierra los ojos, respira y escribe aquello que sientes.
Es un ejercicio excelente para estar en paz con nosotros mismos, pero también para buscar soluciones a problemas diarios que se nos pueden pasar por la cabeza.

B.- Escribir para conectar
Volviendo al segundo punto que te decía, el de recordar, en mi caso, escribir, a mano (muy importante) las tareas que tengo pendientes, me ayuda a liberar mi mente.
Es una sensación muy agradable. No me pasa lo mismo cuando las escribo en digital. Es como si me faltara algo. Por eso sigo siendo de agenda de papel. Por eso siempre llevo conmigo papel y lápiz.
Y después de escribir, tachar.
Sé que hay mil y una maneras de organizarse y ser más productiva. La mía es hacer listas de tareas (reales; es muy importante conocer nuestros tiempos de trabajo para que este ejercicio no falle) y, después, tacharlos.
¿Por qué? Porque me permite ver todo lo que he hecho en el día.
A veces nos da la sensación de que no hacemos nada, nos fustigamos con ello y cuando nos paramos a pensar, nos damos cuenta de que hemos sido más productivos de lo que creíamos. La #escritura nos da #energía mental. Clic para tuitear¿Parece un ejercicio bastante tonto, verdad? Prueba y me cuentas.
Será un placer saber que lo has hecho y si te ha funcionado o no.
- Inténtalo, al menos, durante una semana.
- Planifica bien, no pongas tareas de más
- y deja también espacio para el descanso.
El descanso también es energía.
3.-Escritura que llega al alma
No quisiera terminar este texto sin decirte lo sanadora y energizante que puede llegar a resultar la escritura para aquellas personas que necesitan que alguien les escriba o les cuente historias que les ayuden a despejar la mente.
A veces, la palabra oral, aquella que surgió en primer lugar, es la que más nos cuesta sacar desde dentro.
Sin embargo:
- Una carta escrita desde el corazón, puede ser el mejor regalo que le hagamos a una persona.
- Un libro contando la historia de su vida, un regalo que nunca olvidará.
- Unas letras o párrafos, serán un soplo de aire fresco
Una carta a alguien que ahora mismo está en un hospital, sin que nadie pueda ir a visitarle, un soplo de aire fresco y una oportunidad para dejar volar la imaginación y dejar de pensar en la situación por la que tanto está sufriendo en estos momentos.
¿Alguna vez te has parado a pensar cuánto bien te puede hacer escribir o que escribas para los demás?
Me despido con esta reflexión. Pero te espero en el hilo de comentarios para seguir hablando y sanando.

Soy Noelia Jiménez, periodista y copywriter, y estoy aquí para enseñarte a redactar y escribir por ti esos textos que te van a ayudar a dar más visibilidad a tu negocio. Así consigues mejorar tu presencia online y las ventas de tus servicios o productos.
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Como me gusta la idea de «escribir bonito», y sobre todo porque llega de esas personas tan especiales que son los abuelos.
Muy inspirador.
Gracias Ana y Noelia.
Un abrazo 🙂