Es mi frase favorita: El poder de las palabras, el poder del silencio.
¿Os resulta fácil hablar en familia?
¿Cómo gestionamos las emociones con nuestros hijos?
¿Debemos ser totalmente transparentes con nuestra pareja?
¿Protegemos a un niño con la mentira, con el silencio?
Hablando se entiende la gente. Oímos a menudo. Y para una amante de la comunicación, las palabras son vitales. Pero muchas veces la fuerza de la comunicación es el equilibrio entre palabras, silencio y reflexión.
¿Quieres saber por qué?
Está claro que como la respiración, el habla nos viene de serie dentro de las funciones del ser humano. Es lo que nos diferencia del mundo animal, principalmente.
Es verdad que es bueno desahogarse y poder hablar libremente, con tu pareja, con tu familia, incluso con un buen amigo pero hablar no es fácil y comunicar un esfuerzo importante. Es como el deporte, es más fácil quedarse sentado (o tumbauuu!!) que iniciar un ejercicio … el cuerpo lo sabe y por eso tiende siempre a que nos quedemos inactivos: para ahorrar energía. ¡¡¡ Modo ecológico !!!
Pues con la comunicación pasa lo mismo, el cuerpo prefiere quedarse callandito (sin perder energía) que alineando unas palabras para formar una frase, y uniendo varias frases para dar forma a una idea. Además para hablar correctamente primero hay que pensar, tener un guión, … y una vez más la experiencia tiene su peso para expresarse lo más sencilla y correctamente. Comunicar eficazmente es un gran reto, conlleva un gran entrenamiento. Aquí unos pequeños consejos de Manu Marañon, experto en comunicación.
Por eso, tal vez, muchas somos las mujeres que “hablamos por los codos” y muchos son los hombres que permanecen “callados como una tumba”.
El poder de las palabras.
Las palabras tienen una fuerza impresionante.
Pueden herir muchos corazones ¡Cuidado! Las mentes generalmente pobres, cerradas, o retorcidas no las entienden, ni desean entenderlas.
«Las palabras son mitad de quien las escribe, mitad de quien las lee» Michel de Montaigne
Pero no es fácil quitar importancia a unas palabras que pretenden transmitir una emoción, una situación, una petición, un deseo …
Hagamos un pequeño ejercicio, que yo hice con un maestro en neurociencia, que me impactó muchísimo una vez más en mi proceso de crecimiento. ¡Vamos allá!
Esta parte del texto debes leerla en voz alta para descubrir el PODER de las palabras ¿Empezamos? ¡Concéntrate!
Estás en tu cocina. Abres el frigorífico, cojes un limón. Hay varios. Eliges el limón que intuyes más jugoso. Te encantan los limones y tienes mucha experiencia en elegir el que está en su punto de maduración. Lo cortas con un cuchillo por la mitad, quedándote con la parte que deduces más sabrosa. Observando la intensidad de la pulpa, decides cortar unas rodajas. Cortas la primera, la pelas y sin más la introduces en tu boca, disfrutando de esa sensación de acidez que tus órganos sensitivos, en este caso tu paladar y tu lengua perciben con el simple contacto. A la segunda rodaja, decides echarle un poco de azúcar porque la acidez te parece muy intensa …
Y podríamos seguir con la narración pero la pregunta es ¿has percibido como el jugo bucal se ha puesto en marcha con tan simplemente hablar de un limón? Sin tocarlo, ni aún menos introducirlo en tu boca.
Pues eso es lo que nos pasa con las palabras. Si hemos estado oyendo desde pequeños que somos tontos, patosos, perezosos … pues tu mente de oírlo y oírlo se lo ha creído. ¡PERO NO ES VERDAD! Ese es el poder de las palabras. ¿Y tiene algún remedio? Por supuesto. Hacer el trabajo inverso. Decirnos, nosotros mismos que somos extraordinarios, maravillosos … ¡Pero lo difícil y lo complicado es creérnoslo! ¿Entiendes porqué eres tu mayor enemigo? ¿Entiendes por que tienes que creer en ti?
Ahora te hablaré del poder del silencio.
El ruido es agotador, y según te vas haciendo mayor, lo aguantas menos. Vivimos unas vidas frenéticas en las ciudades, con decibelios por todas las esquinas, y lo más triste es que al final te acostumbras.
Pero cuando vas creciendo y cambias tus costumbres desde cero pues te tocan fases de soledad, fases de silencio, y terminas abrazando y saboreando el poder del silencio.
Muchos problemas, gracias a Dios, se resuelven en silencio, en soledad, pensando, meditando y sin necesidad de quemar energía inútilmente.
En mi vida sentimental, he tenido la suerte de conocer a un hombre silencioso, un hombre que trasmite y valora la palabra “isiltsu” (silencio en euskera) y que me hizo valorar, aún más, el poder del silencio. ¡Gracias!
Es realmente difícil practicar el silencio y más aún hacerlo por convicción y con conciencia pero es una herramienta totalmente poderosa para conectar con tu esencia.
No son necesarios grandes cambios, ni revoluciones vitales para conseguir unos minutos al día de silencio. ¡Apagar la tele 30min es un primer paso muy importante! Seguro que encuentras el tuyo sin grandes complicaciones.
Y ahora responderé a las cuatro preguntas iniciales: la fuerza de la comunicación.
PALABRAS: ¿Os resulta fácil hablar en familia? Yo creo que es fundamental tomarse el tiempo de hablar y hablar en positivo, sobre todo con los niños. Tenemos la costumbre de decirles todo lo que hacen mal (yo la primera) pero cada día me esfuerzo más para felicitarles por las cosas que hacen bien. Sino terminarán creyendo nuestras palabras y cuando se den cuenta tendrán que deshacer todo el absurdo trabajo de «mala comunicación» que hemos construido inútilmente.
SILENCIO: ¿Cómo gestionamos las emociones con nuestros hijos? Yo creo que perciben nuestro estado de ánimo sin palabras, porque se trata de comunicación no verbal. ¡Y ellos están súper atentos! Si nosotros no somos capaces de dar el primer paso para acercarnos a ellos y contarles nuestras emociones, ellos tampoco lo harán. Y seguiremos con el ciclo infernal que se creó en los años de dictadura en España. Creo que va siendo hora de desnudarnos emocionalmente ante nuestros hijos en la intimidad familiar.
PALABRAS: ¿Tenemos que ser totalmente transparentes con nuestra pareja? El Amor es la ausencia de miedo y por lo tanto si sientes Amor hacia tu pareja, no tendrás ningún problema en hablarle de cualquier tema que se plantee en tu vida. A menudo, por ejemplo, las fantasías sexuales atraen la mente de muchos hombres (y cada vez más de mujeres). Déjale que disfrute y que viva esas experiencias con otra persona ¡pero que te las cuente! Si vuelve es que es una gran persona, si no vuelve es que no merece la pena seguir a su lado. Ya sé que esto cuesta mucho entenderlo pero una vez que lo entiendes ¡Qué paz!
SILENCIO: ¿Protegemos a un niño con la mentira, con el silencio? Muchas veces he oído que me han mentido porque querían protegerme. Y yo siempre me he quedado con las ganas de conocer «ESA» verdad para aprender a protegerme. ¡¡¿¿ Incongruencias y chorradas ??!! Si realmente queremos proteger a nuestros hijos debemos ser valientes para hablarles de la VIDA: de sexo, de drogas, de alcohol, de violencia… Y ser sinceros, si desconocemos algún tema. Ellos nos lo agradecerán siempre, tanto si sabemos como si no sabemos.
Creo que las familias debemos aprender a relacionarnos a través de la comunicación verbal y no verbal porque la magia de la VIDA es poder hablar a una persona como si te hablases a ti mismo.
¿Empezamos a trabajar el poder de las palabras y de los silencios en la intimidad familiar? Yo en ello estoy.
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Elena dice
Volvemos a sincronizarnos Ana… Silencio para saber qué sentimos, palabras para poder expresarlo.
Hablar en familia de lo que sentimos, de lo que nos pasa, nos preocupa…es tan fácil y difícil a la vez. Y eso es así, porque es APASIONANTE. Y lo que nos apasiona no puede resultar del todo fácil,, porque sino, pierde nuestro interés.
Mi hijo es pequeño aún, pero en este mes de adaptación al cole, mi pareja y yo nos hemos sentido tan orgullosas de que cómo él ha sabido irnos contando que le ponía triste separarse de mamá, que le enfadaba que los niños le quitaran los juguetes. Y que ahora ya va «un poquito contento, pero un poquito triste y enfadado también». 🙂
¡Un abrazo!
Ana Bizarro dice
Tener el comentario de una psicóloga como tú me hace ¡Feliz!
Yo he aprendido a base de palos … pero AHORA con cabeza, corazón y alma voy a divulgar mis ERRORES.
Y sé que puedo contar con tu apoyo, con tu conocimiento y con tu experiencia.
¡Gracias Elena! Me encantan los equipos que vibran!!!
Andrea dice
Hola Ana,
Desde luego hablar los temas importantes y los menos importantes en familia o pareja es lo mejor.
También compartir silencios, respetando la individualidad de cada integrante.
Lo que es absolutamente corrosivo para las relaciones es mantener silencios cuando debería haber palabras.
Y así radica la dificultad decidir cuándo las palabras y cuándo el silencio.
Un abrazo
Ana Bizarro dice
Estoy contigo Andrea … hablar es tan importante como comer!! Y comemos 3 veces al día.
Mi propuesta es siempre la misma entrenar y adaptar la intensidad a nuestro gusto.
Tenerte en la Tribu ACA (acción con alegría) con tu experiencia, un placer.
Pedro Aparicio dice
Buenos días Ana,
Estoy completamente de acuerdo que nosotros mismos somos nuestros principales enemigos y que necesitamos decirnos todos los días lo maravilloso y extraordinario que somos. Es por ello que necesitamos un momento del día para tan importante cometido.
Por ello, para que se convierta en un hábito propongo un reto a todos tus lectores.
Durante 21 días, todos los días nos dedicaremos unos minutos para hablar con nosotros mismos y decirnos todas esas cosas buenas que somos.
Se dice que para que algo se convierta en un hábito, hay que realizarlo durante 21 días seguidos.
En cuanto al poder del silencio, yo lo encuentro en el deporte.
Un saludo.
Ana Bizarro dice
¡Efectivamente 21 días!¡Buen reto! Y tengo preparados 12 retos para mis lectores Jajaja
Te va a encantar Pedro.
¡Soy extraordinaria! es lo que me repito cada mañana mirándome al espejo.
Yo con el deporte desconecto mi mente, me dejo llevar por la música y siento como mi cuerpo se esfuerza para seguir con el ejercicio (proceso hormonal consciente)
Termino con 10 minutos de sauna en silencio o «terapia de amigas» jajaja
¡¡¡Sawabona!!! es un grito tribal que acabo de descubrir.
Aitziber dice
Hola Ana, me ha encantado tu post de hoy y me he sentido tan identificada con muchas de las cosas que has escrito que hasta me asusta. Sí, susto! más que miedo a veces nos asustamos, nos sorprendemos de las palabras que hay en nuestros silencios. Las que nos decimos a nosotros mismos. La psicología positiva es una de mis inquietudes, pero qué difícil es practicarla cada día. Me apunto al reto de los 21 días! 😉
Ana Bizarro dice
Probar, entrenar, practicar, e insistir … es el camino para perder el miedo.
Yo lo estoy probando y funciona.Y En equipo es mucho más divertido.
Por eso quiero crear un tribu :).
Gracias por acompañarnos y ayudarme, diseñadora ¿de emociones?
Euri dice
Buenos días Ana:
Creo en la fuerza de la comunicación en todos los sentidos. Lo importante también es la intención que pongamos para solucionar y mejorar las situaciones que surgan en el camino. Profunda la metáfora del limón.
Sobre el silencio:
Creo que es muy positivo explorar el silencio, sobre todo el silencio interior. No dejar que el ruido de fuera nos perturbe, es un trabajo para toda la vida. Aunque también creo que hay muchos tipos de silencios y cuando es necesario hablar, también hay que atreverse a romper el silencio y dejar que fluyan las palabras que salen del corazón, en todos los ámbitos: pareja, familia, trabajo…
Comparto tu post, Un saludo!
Ana Bizarro dice
No es algo fácil pero combinar las palabras y los silencios para comunicar es un gran herramienta.
Gracias por compartir, Euri.