Hoy me toca tomar el relevo, hablando de reinvención personal, después de seis magníficas intervenciones, y no puedo sino agradecer todas ellas y tirarles un poco de las orejas por poner el listón tan alto.
Si tengo que hablar contigo, querido lector de Ana, me permitirás que me descalce con total tranquilidad y que hablemos frente a frente. Ninguno de los dos tiene tiempo para que lo camelen, y creo que a estas alturas de tu vida apreciarás que sea franco y directo.
Me comprometí a hablarte sobre reinvención personal y voy a cumplir tan bien como sea capaz. Eso sí, requeriré de ti que hagas gala de una gran cantidad de responsabilidad, autocrítica, curiosidad y amor propio.
Ve a servirte tu trago favorito y acompáñalo con un tentempié. Quiero que te sientas simplemente a gusto mientras dure nuestra conversación.
Estoy a punto de exponerte a partes de tu vida que tienes guardadas en el trastero y acumulando polvo desde hace mucho tiempo, querido. Así que relájate y disfruta.
Por si fueras de mente organizada, te dejo con el esquema general de lo que vamos a tratar hoy.
- Ten claro si de verdad necesitas y deseas una reinvención personal.
- No te tires de cabeza, que la piscina puede estar vacía.
- Comprueba si ya cuentas con lo necesario y con lo suficiente (y ojo, ¡que son cosas distintas!)
- Visto todo lo anterior, es hora de trazar el rumbo.
Si ya te pica la curiosidad con esta introducción, te invito a entrar directamente al ruedo para hablar de reinvención personal
1 – Ten claro si de verdad necesitas y deseas una reinvención personal
A menudo llegamos a ciertas etapas de nuestra vida pensando que no hemos superado todos los escollos; o bien que ya hemos recorrido tanto un mismo camino que ya no tiene nada nuevo que ofrecernos.
Y eso está genial, sí, pero hay que quitarse las pajas mentales desde el principio.
Parece que ahora, si no te reinventas, no vales una mierda… Porque es lo que se lleva.
¡Por eso me han invitado a hablar contigo hoy!
Ana quiere que escojas tu camino con claridad y conciencia y que lo que emprendas, lo hagas con conocimiento de causa… Y yo también. 😉
Así pues, aquí va la primera vez en que voy a tirarte de las barbas.
Antes de pensar en tu reinvención personal, pregúntate si te puedes permitir una moratoria. Clic para tuitearEn psicología del desarrollo aprendí un tanto sobre un psicoanalista estadounidense (aunque originario de Alemania) llamado Erik Erikson.
Puede que le conozcas por su teoría de la identidad y por ser el mismo que definió tu momento vital como aquél cuyo conflicto es el de la generatividad frente al estancamiento.
Ahora, dentro de su teoría de la identidad, este señor habla de un concepto muy divertido para mí: la moratoria psicosocial.
Según Erik Erikson, la moratoria psicosocial es el tiempo muerto en el cual todos los individuos podemos dedicarnos a la exploración de nuestra identidad. Clic para tuitearY sí, también a la recreación de la misma.
El chiste que tiene es que, durante la moratoria, puedes probar prácticamente todo lo que te ofrece la vida sin que te salpiquen la mayoría de las consecuencias.
Es decir, ¿puedes dejar a un lado la mayoría de tus responsabilidades y volverte plenamente egoísta durante el tiempo necesario para encontrar tu reinvención?
Y sí: ¡te lo pregunto de frente porque es lo que te va a tocar!
Para que te hagas idea, los ejemplos más comunes de moratoria en nuestra cultura son la adolescencia, el Carnaval y los estudios universitarios. Actualmente también se le reconoce el potencial de moratoria a la interacción virtual.
Fíjate bien, porque te estoy hablando de experiencias en las cuales puedes experimentar con valores, actitudes, comportamientos, compañías y expresiones de ti mismo.
La idea es que seguirás probando todas tus opciones hasta dar (normalmente por descarte) con todos los rasgos de identidad que sientas más afines a ti.
Dicho de otra forma: en los momentos de moratoria nos es posible “experimentar”, ya sea sentimental y sexualmente, con las drogas y otras cuestiones adictivas, o con adoptar otras identidades, por ejemplo, aplazando en parte las consecuencias que ello tiene.
Y si uno se mete en lo de la reinvención sin medir tres veces antes de cortar, se puede llevar más de un susto desagradable.
Por eso siento la imperiosa necesidad de aconsejarte precaución, amigo conductor… Y de brindarte una manera para salirte por la tangente cuando te veas envuelto en cosas así.
Pongamos quién eres hoy frente a cómo quieres que sea tu vida.
Ahora bien: tengo presente que estás siguiendo a Ana porque has llegado a una etapa en que te puedes permitir esa moratoria de la que hablaba antes y en la que deseas (¡y hasta necesitas!) ejercer tu poder transformador y alimentar tu chispa en la vida.
Por eso te invito a que mires hacia dentro sin emitir juicios.
Quiero que te sinceres, pero no conmigo, sino contigo mismo.
Necesito que te hagas dos preguntas muy sencillas:
- ¿Quién soy yo hoy?
- ¿Cómo quiero que sea mi vida a partir de hoy?
Y una vez te hayas dado una respuesta tan sincera, tan clara y tan profunda como te atrevas a darte, podemos pasar a otras cuestiones.
Lo más probable es que quieras una reinvención personal y laboral. Que quieras crearte un estilo de vida a tu medida y compaginar esto con tu situación real…
Situación que será, muy probablemente, la de un padre de familia que está viendo acercarse la última década laboralmente hábil de su vida (y que como se despiste mucho, se terminará comiendo los mocos).
Ahora bien…
¿Tienes madera o solamente ilusión?
Cuando te enfrentas a esta circunstancia en tu vida, lo primero que se te ocurre es buscarte una salida digna de tu situación.
Y ya que te pones, pues también aspiras a modificar sustancialmente tus circunstancias.
Quiero decir que, ya que te esfuerzas, pues apuntas a metas como éstas:
- Montar tu propio negocio o facturar como autónomo lo suficiente para poder montarte un plan de pensiones privado bien majete,
- Viajar un montón con tu familia y con quien tú quieras,
- Explotar la tecnología y tus pasiones para realizar una actividad profesional de manera ubicua…
Y si lo consigues todo a una, pues tanto mejor…
¿Es o no es? Pues eso.
Por ello te hago una advertencia: de la incertidumbre y de las dificultades no te libras, galán.
En este mundillo de la reinvención solamente hay promesas que no comportan obligación o deuda… ¡Tenlo en cuenta!
Por imperativo moral (y por el multazo que nos puede caer por venta fraudulenta y publicidad engañosa) no podemos prometer resultados a todo el mundo.
Eso sí, verás que mucha gente muestra sus casos de éxito animándote a pensar que tú podrías lograr lo mismo si te empeñas. Y no siempre es el caso.
Las personas que triunfan de estas maneras han estado dispuestas a hacer cosas que, con gran seguridad, tú no harías ni por todo el oro de Moscú.
Y por eso mismo me siento en el deber de pedirte que no te metas a ciegas en esta movida.
Podrías salir escaldado y echando pestes de todo esto y de todos los que participamos, directa o indirectamente, de ello. Incluso de quienes criticamos abiertamente lo que vemos como malos usos.
Así que te aclaro mi petición entrando en detalles
2 – No te tires de cabeza, que la piscina puede estar vacía
O peor aún: llena, sí, pero de humo…
Y en tal caso, no será agua dura, sino pavimento lo que saldrá a tu encuentro cuando te lances.
¿A qué me refiero con esto, te preguntas? Pues te lo contesto sin cortarme un pelo.
En la actualidad (y más por estos pagos cibernéticos) estamos viendo el auge de determinadas industrias y movimientos socioculturales que se comportan todos del mismo modo:
- Generándote expectativas exageradas e insatisfacción crónica contigo mismo y con tu vida tal como eres actualmente.
- Alentándote a llevar a cabo acciones neuróticas y compulsivas, que alimentarán esas expectativas y esa insatisfacción de las que hablaba en el punto anterior.
- Haciéndote pensar que no eres, ni sabes, ni tienes suficiente… Y que, si no estás constantemente gastando un dinero y un tiempo que no te sobran precisamente, es que “te falta compromiso”.
También hay personas que quieren verte bien y que, sin ninguna malicia, te comparten aquello a lo que le dan más crédito. Siempre habrá quien te recomiende a sus «gurús de cabecera» porque te quiere mucho y quiere verte prosperar.
Así pues, y como dirían en México, bájale dos rayas y entra en esto con cuidado.
Como te dije, la interacción virtual facilita la creación de situaciones de moratoria.
El poder ponerte un alias, construirte un personaje (o los que quieras) y disfrutar de un relativo anonimato provoca que muchas personas abusen de esta facultad para fingir vidas de éxito y lucrarse a costa de su farsa.
Muy a menudo verás que todo esto sigue patrones, métodos y esquemas concretos, cada vez más elaborados. Todos ellos buscan dos cosas: generar expectativas exageradamente altas y conseguir que hablen de uno. Clic para tuitearY para eso, todo vale. Desde meter la cuchara en plato ajeno y hablar de más acerca de campos que desconocen, victimizarse, generar polémicas…
Para esto también aplica una frase que me dijo hace mucho tiempo un instructor de artes marciales:
Si a ti se te ocurre hacer algo, a ellos ya se les habrá ocurrido antes y probablemente, con más mala leche que a ti.
Dedica tiempo suficiente a conocer el panorama en vez de ir derechito a por modas.
Así no podrán dormirte con cuentos, ni generarte compulsiones.
¡Aunque no será porque no lo intenten con todas sus ganas!
Te ofrecerán formaciones, experiencias transformadoras, metodologías probadas y formar parte de la rosca. Es decir: entrar en la burbuja, para poder sumarte al círculo de los que mueven la mandanga entre ellos y que haya un poquito más para todos.
Y como se trata de un asunto de moratoria, la mayoría de las consecuencias que estos comportamientos tendrían no se producen.
Es más: amparados en la cuestión virtual y en las grandes ventajas que supone moverse por este medio, por cada persona descontenta y crítica con la situación tienes un chorro de lameculos dispuestos a disculpar todo y defender a toda costa a quienes admiran.
Por esto, otro gran consejo... Cuídate de lo que deseas y más aún de quien quiera dártelo con atajos. Clic para tuitearTe digo esto porque asumo que deseas que tus acciones tengan buenos frutos y que puedas disfrutar de lo que siembres y de las amistades que construyas por muchos años.
Y si te dejas llevar por los atajos y las promesas de éxito fácil y rápido, lo más probable es que te toque cerrar el chiringuito con pérdidas y antes de un año.
Es mejor que entres con las expectativas controladas y con las cosas claras.
No te empeñes en dominar todas las estrategias ni todas las áreas de este ámbito, porque no es necesario. Un buen líder sabe lo justo de todas las partes que componen su negocio para poder comprender lo que hacen sus colaboradores, socios y empleados. ¡Pero no para hacerlo todo sin ayuda!
Por eso mi consejo en este aspecto es que te dediques a aclarar varias cuestiones. En mis comunidades de aprendizaje las observamos así:
- Identidad: quién eres y a quiénes te diriges.
- Propósitos: qué quieres hacer y para qué. Entronca con el sentido, el por qué.
- Relaciones: con quién haces las cosas y para quiénes las haces.
- Estilo de vida: qué haces para concretar todo lo anterior y materializarlo.
Una vez tengas claras estas cuestiones en el grado necesario para empezar a moverte, no pises el acelerador a fondo.
Si no te saltas ningún paso, llegarás a tu destino en su momento y sin que a nadie le extrañe que hayas llegado allí.
3 – Comprueba si ya cuentas con lo necesario y con lo suficiente (y ojo, ¡que son cosas distintas!)
Como te dije antes, cuando hablamos de reinvención hablamos de entrar voluntariamente en una moratoria. Ahora bien, ¿podemos permitírnoslo?
En la adolescencia y en la universidad es posible que entremos en moratoria, porque son lapsos de tiempo que tenemos que afrontar y durante los cuales contamos con apoyos externos.
(Bueno, en el caso de la universidad, generalmente somos nosotros los que escogemos si lo afrontamos o no y lo normal es que lo hagamos de jóvenes… Pero ya me entiendes.)
Ambos momentos vitales (el de adolescente y el de estudiante) nos permiten acceder a espacios para la reflexión, el aprendizaje, la interacción y la confrontación de posturas y perspectivas.
Y en esos casos, generalmente son la juventud y la inexperiencia los que justifican la moratoria… Cuestión que genera una duda de ésas que dan dolor de huevos.
¿Y si ya no somos jóvenes ni novatos, aún podemos entrar en moratorias?
¡Ninguna preocupación! Todavía puedes hacerlo si lo necesitas.
Salvo que no te atrevas a hacerte cargo de ti mismo… Porque ahora la responsabilidad, la decisión y el todo el peso de ambas corren de tu cuenta.
Por eso te daré algunas pautas para comprobar si te lo puedes permitir:
- ¿Tu familia y tus amigos saben que deseas reinventarte y te apoyan en ello? ¿Cómo están las cosas en casa? ¿Y en tus círculos más cercanos?
- ¿Tienes saneadas las cuentas y un buen colchoncito de ahorros? ¿Puedes contar con apoyo financiero de tu entorno, sin recurrir a créditos? ¿Tienes claro qué riesgos financieros puedes asumir y cuáles no valen la pena?
- ¿Tu idea de reinvención personal y profesional está lo bastante bien formada? ¿Te ves capaz de compartirla con claridad y coherencia? No me importa tanto la extensión; para mí contará incluso si puedes resumirla en una servilleta.¿Conoces todas las habilidades, actitudes y conocimientos que requiere de ti aquello que deseas emprender en esta etapa de tu vida? ¿Cuáles dominas actualmente? ¿En cuáles andas más flojo?
- ¿Te sientes capaz de sacarle el jugo a todo lo que has aprendido en el sistema educativo, lo que has aprendido en tu trabajo y lo que has aprendido por tu cuenta a la vez? ¿Sabrías encontrar paralelismos, puntos de conexión, apoyos y palancas entre estas facetas de tu aprendizaje?
Te digo esto porque, aunque no lo creas, hay mucho que ya tienes logrado e integrado. Es decir, que no necesitas reinventarte en esas direcciones.
Lo mejor aquí es evitarte quimeras y no tratar de arreglar lo que no esté roto.
Esto es una llamada a la coherencia en toda regla. Uno solamente sustituye lo que está obsoleto y ya no funciona como se espera y necesita que funcione. Del mismo modo, nadie arregla lo que no está roto so pena de cargárselo de verdad.
Así pues… Si ves que algo falla, o si los demás te hacen notar demasiadas veces algo en concreto, ahí sí que es legítimo que te preocupes por ello.
Y lo que toca, querido, es que contrastes, en vez de tirarte de cabeza. Recuerda el segundo punto de este texto y te irá bien.
4 – Visto todo lo anterior, es hora de trazar el rumbo
Aunque si eres sagaz, que no lo dudo, habrás visto que ya estábamos trazando un rumbo a lo largo de todos estos párrafos…
De tal modo que solamente me queda animarte a tomar la responsabilidad completa de definir quién eres y cómo quieres que sea tu vida.
Y por supuesto, a que tengas claro y decidas, consciente y consecuentemente, de qué medios te quieres servir, de quiénes te quieres rodear y de quiénes deseas aprender lo que necesites aprender para materializar tu vida deseada.
Recuerda siempre que todo tiene sus consecuencias, y que, como diría el gran Zatu en uno de sus mejores temas (para mi gusto, claro) “cuando algo dura es que no sopla velas a modas pasajeras”.
Mira, te voy a dejar la canción y todo, para que le saques todas las perlas que puedas:
Un buen rumbo estará compuesto idealmente de estas decisiones:
- La profesión que quiero ejercer y el modo en que deseo generar valor y aportárselo al mundo.
- El lugar del mundo donde deseo residir permanentemente. Los sitios que quiero visitar y en los que quiero residir temporalmente.
- Las relaciones que quiero crear (pareja, colaboración, amistad, trabajo, comercio…) y cómo quiero crearlas y guiarlas.
Y finalizo con un consejo más: el primer paso puede ser el más complicado, pero el más importante es siempre el siguiente paso que des.
Esa es la diferencia entre quienes se hacen responsables de sus decisiones y quienes se asumen como víctimas de las circunstancias.
Si te equivocas, puedes seguir adelante y asumir las consecuencias. Aprender a hacerlo mejor la próxima vez, hallar tu equilibrio y alimentar lo que es importante para ti.
Sergio Melich
«Te ofrezco una mezcla única de claridad, intuición, sabiduría y conexión, para enseñarte a vivir la vida 100% a tu manera”.
Sigue a Sergio en su blog La vida es fluir, en Facebook e Instagram como @kheldar_arainai y conoce todo sobre su programa «Relaciones Auténticas» haciendo click AQUI
Diana Garces dice
Wow que interesante ese tema de las «situaciones de moratoria», definitivamente lo que hacemos en nuestra vida, hasta los descansos que creemos que nos tomamos son una oportunidad para aprender y seguir creciendo. Además, que pueden ayudarnos mucho a tomar mejores decisiones y caminos en nuestra vida como emprendedores.
La reinvención no es un camino sencillo, pero desde luego es uno que merece mucho la pena si se logra disfrutar del proceso y sobre todo si tienes claro lo que quieres y hacia donde deseas o puedes ir realmente.
Muchas gracias Sergio por este post, como siempre tocando las pelotas y haciéndonos pensar más de lo normal sobre un tema que, al menos yo, creía tener un poco más claro 🙂
Un abrazo a los dos.
Sergio Melich dice
Como decían en mi casa, «hasta los domingos son días de trabajo».
Lo más interesante para mí es la facultad del ensayo que permite esta moratoria. Puedo probar, equivocarme y rectificar con menos problemas que en otros momentos y contextos.
Me alegra que te haya gustado.
Otro abrazo para ti.
Mariví Porras dice
Muy interesante, y sobre todo lleno de claridad, sentido común y coherencia tu post Sergio. ¡Enhorabuena por él!
Menudo repasito que nos has dado para reinventarnos desde la realidad, y nuestra autenticidad, y no desde las “pajas mentales” que nos intentan vender sobre lo sencillo y rápido que se hace, que sólo es cuestión de ponerte a ello, enfocarse, tomar acción y a la ya estás reinventado, sin ningún tipo de responsabilidad por nuestra parte 😉
¿Y si no sale como nos dicen? ¿Qué hacemos…? Reconocerlo públicamente, ¡ufff que riesgo asumir eso!, ya que si reconocemos que no nos ha servido de nada todo lo que nos han vendido desde la inmediatez y la irresponsabilidad, primero por nuestra parte, y segundo por parte de quienes “supuestamente” son los expertos, como dices: “habrá un chorro de lameculos dispuestos a disculpar todo y defender a toda costa a quienes admiran”, y eso querido Sergio, a nosotros nos dejaría por los suelos. Por lo que es muy probable que optemos por seguir en silencio, esperando que las consecuencias de la moratoria que nos tomaremos, ahora que ya sabemos que los atajos no son para nosotros, no nos salpique demasiado, asumiendo nuestra reinvención con todo lo que ello conlleva, y siendo responsables desde nuestra autenticidad.
Por eso la pregunta que haces «¿puedes dejar a un lado la mayoría de tus responsabilidades y volverte plenamente egoísta durante el tiempo necesario para encontrar tu reinvención?» Es fundamental hacérnosla, antes de plantearnos todo lo que viene después, una vez que tengamos clara nuestra respuesta, ponernos en Acción con Alegría, buscando esa Chispa de Vida que nos ayudará a reinventarnos desde nuestra autenticidad.
Si queremos que nuestras acciones tengan buenos frutos y que podamos disfrutar de lo que sembremos, de las amistades que construyamos durante el proceso, no hay por qué precipitarse y volverse loco con los atajos que nos ponen a nuestra disposición para conseguir lo que deseamos, ¡ojo! cuando esos atajos los cogemos sin saber muy bien las consecuencias de hacerlo. Gracias a tu post y a las pautas que nos das, tenemos mucha más claridad sobre como hacerlo.
¡Un fuerte abrazo, y gracias por esta chispa de realidad que nos has regalado!
Sergio Melich dice
Efectivamente, Mariví… Estamos en un momento donde hasta los riesgos se disfrazan de recompensas.
En esta época te dirán que si no ingresas suficiente dinero con tus proyectos y negocios propios, al menos puedes consolarte con no tener detrás a un jefe que te ande dando por culo con tus bajos resultados. Eso los que te quieren consolar de alguna manera; porque los que te quieren vender algo desmenuzan todos los puntos clave de tu rendimiento y te dicen que mejores esto, aquello y lo de más allá con su ayuda.
Cínicamente hablando, ni siquiera nosotros mismos nos libramos. A menudo caemos en la tentación de ofrecer lo que vemos que la gente busca: parches, atajos y tiritas para el ego… Y peor aún, de consumirlo nosotros. Así mantenemos ese cauce que nos disgusta en movimiento y bien nutrido, mientras que dejamos agostarse los que de verdad nos favorecen.
Por estos y otros motivos, mi aporte al Calendario de la Comunicación es (o pretende ser) un revulsivo.
Un abrazo fuerte para ti también. Y muchas gracias por leer y comprender.
Tania dice
Sergio!!!
Hacía tiempo que no leía un artículo tan claro, directo e interesante.
He disfrutado mucho, gracias!
Necesitamos más artículos de estos que nos cuenten «realidades» y nos hablen con los pies en la tierra.
Como emprendedora digital que soy, he pasado por muchas fases y me he tragado muchos cuentos. Algunos, estoy convencida, aún lo tengo en el estómago sin digerir.
Personalmente me he reinventado muchas veces, y profesionalmente solo una.
Casi siempre ha sido «fácil» y productivo pero en esta ocasión, con el mundo online, las promesas eran tan grandes y como puse las expectativas a esa misma altura, todo va muuuuuucho más lento de lo que te cuentan. Pero no lo sabes hasta que ya estás de mierda hasta el cuello 😉
Así que aprovecho para hacer yo también un llamamiento a la cordura.
Reinventarse o no, no te hace mejor persona.
Me ha encantado eso de «no arreglar lo que no está roto». Me ha hecho reflexionar y me he dado cuenta, gracias a ti, que he intentado arreglar muchas veces cosas que no estaban rotas. Es más, que estaban perfectas.
Pero como no hay vuelta atrás y esto es un constante aprendizaje, agradezco las «cagadas» porque me permiten conocer el trabajo de gente como tú y eso siempre merece la pena.
Un abrazo,
Tania
Sergio Melich dice
El placer es mío si con esto te agitaste para bien, Tania.
Tu cuerpo es sabio, y si tienes algo sin digerir que te pueda terminar perjudicando, acabará saliendo tal cual está. Sin más ceremonias.
Me alegra mucho que te sumes al llamamiento a la cordura y a dejar quieto lo que está bien mientras siga estándolo. De esta forma es más difícil que nos pillen a todos por banda y nos generen inseguridades que no tienen una verdadera razón de ser.
No hay vuelta atrás, tienes razón… Aunque personalmente me encanta el concepto de «revista». Lo entiendo como una forma de regresar a lo que fue y aprender de ello, sin tratar de cambiar o maquillar nuestros recuerdos al respecto. Intuyo que lo conoces y lo practicas, incluso si no es bajo ese nombre.
Un abrazo para ti también.
Ana Bizarro dice
Sergio, sabes que para mí eres un genio y tenerle en el equipo un gran placer.
«A menudo llegamos a ciertas etapas de nuestra vida pensando que no hemos superado todos los escollos; o bien que ya hemos recorrido tanto un mismo camino que ya no tiene nada nuevo que ofrecernos»
Esta es para mí una de las grandes trampas mentales (o pajas, jajaja). El ego siempre piensa que lo sabe todo, que no tiene nada que aprender, que no necesita a nadie, etc…
Una cosa es reinventarse (y cambiar de profesión), otra despertar (y transformar nuestra conciencia), y otra adaptarse al nuevo canal que es Internet.
Por ejemplo, si eres agente inmobiliario y quieres ser bailarín será mucho más costoso que si tienes una agencia en Marbella y montas una agencia digital (negocio 3.0) para vender tu «expertise» como profesional que eres desde xx años.
Una cosa es comprar y vender pisos (o alquilar) y otra cómo comprar y vender pisos.
Por eso lo importante es conocerse, saber quienes somos, a dónde queremos ir, para qué y con quién. Y esto no se hace ni en seis meses ni con un curso «mágico» Hay que meterle horas y gozar de esa moratoria.
Sergio Melich dice
Ahí está, querida Bizarro…
La pericia que tienes ganada («expertise» tiene su equivalente en español, gracias a Odín) no te la quita nada ni nadie, salvo tus dudas y tú.
Conozco casos muy variados y muy locos de reinvención…
Por ejemplo, casos de gente que sigue sendas paralelas a la que transitaban, como el del profesional de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que enseña métodos de autodefensa o bien a identificar perfiles de personalidad; y casos muy tangentes como el de la abogada que de repente se vuelve bailarina y maestra de yoga, o el del profe de filosofía que de repente se interesa por el adiestramiento canino y le da un toque de aromaterapia.
El caso es que no hay más garantía que tiempo y una caña, para seguir pescando los peces que la vida nos manda.
No hay más secreto que recorrer tu camino sin saltarte ningún paso de los necesarios, para que luego a nadie le extrañe que estés donde estás ni que sigas avanzando.
Y no hay más triunfo que el que logres sobre ti mismo. Sobre tus hábitos, tu conexión con el entorno y tu compartir con los demás.
Lo que cierra y rubrica tu comentario, es el cimiento de la buena comunicación. El vehículo y el canal, en otro episodio. 😉
Un fuerte abrazo.
Juan Manuel Olivero Spony dice
¡Hola Sergio!
Super interesante tu articulo, y en tu linea que te define y conforma tu Ser, tocando los huevos….. jajaja. Me encanta.
Super instructivo el concepto de la «moratoria» Erik Erikson, desde mi experiencia no puedo estar mas de acuerdo con tu interpretación del asunto.
Altamente importante, diría mas, totalmente imprescindible dedicarnos a platicar con nosotros mismos con esa gran herramienta que poseemos que es nuestro dialogo interno para saber quienes somos realmente.
Ya sabemos que hay que tropezar y caer unas cuantas veces, si queremos llegar a donde de verdad nos corresponde estar y que nunca acabamos de quitar capas a la cebolla, ¡yo se mucho de eso! jajajaja.
No voy a enrollarme mas, el camino es largo y lleno de retos que no de problemas, yo ya no uso esa palabra y esta claro que esto es un maratón y no tiene nada que ver con los 100 metros lisos.
Pero descubrir quien eres, ser consciente de que tienes una misión y un propósito y cambiar la mediocridad por el conocimiento, hacer lo que amas, ser coherente con quien eres y ser el dueño de tu destino, hace que todo lo demás y los precios que hay que pagar, en el fondo cuando la claridad es meridiana sea una nimiedad.
– Así pues, emprender no es fácil todo lo contrario, pero vivir la vida en lugar de pasar por la vida es una gran diferencia y como ya sabemos, a mi me lo decían de pequeño, no existen duros a cuatro pesetas.
– Ya sabes que te quiero como un hijo, tuve la suerte de conocerte y relacionarme contigo desde el alma, con sinceridad y honestidad y estoy de acuerdo con la Bizarro eres un genio y es un honor compartir contigo.
Un Abrazo grande y un feliz día para ti
Sergio Melich dice
Ya sabes que el sentimiento es mutuo, Juanma. Gran parte de la «culpa» de esto la tiene estar rodeado de personas como vosotros, que inspiran y alientan.
Como bien has dicho, el resultado equilibra la balanza y compensa todos los malos tragos.
A veces está bien que nos recuerden que podemos pedir un tiempo muerto, y parar para reagruparnos y recuperar fuerzas. Es algo que no suele tenerse en cuenta hasta que estamos muy quemados, y en lo particular prefiero sugerirlo (y hacerlo yo mismo) antes de llegar al punto en que haga mucha falta.
Un abrazo grande y un feliz día para ti también. 🙂
Pablo Ape dice
Amigo Sergio! un post genial, que habilidad tienes para que le texto se convierta en casi un mano a mano imaginario. Felicitaciones.
Creo que hoy «la razón» tiene un poco de mala fama, es mejor sentir y dejarse llevar por la voz interior. La voz interior es el que te avisa que la estás cagando, pero no es la que traza el camino.
Muchas veces prescindimos lo que la razón nos da como señales. ¿Cuántas personas manejan un automóvil? Millones. Ok no debe ser difícil. ¿Cuántas personas conocemos que se reinventan y viven bien de sus proyectos? Pocas. Ah ok, entonces debe ser complejo.
Yankilandia nos invade muchas veces con sus formas, y no las queremos. Eso por un lado.
Por otro, son maestros que nos sirven de espejo. Si nos gusta la idea de reinventarnos en dos semanas, ¿hay algo que revisar dentro nuestro verdad?. No tiene nada de malo, solo que a veces no entendemos cómo se logran las cosas hasta que nos pegamos con la pared. Y no por ignorantes, sino por los impulsos y emociones que traen consigo animarse a ser uno mismo.
Hay un precio para todo. El tema está en querer recorrer el camino para pagarlo, pasando por todas las preguntas típicas del amigo el ego: ¿por qué hay que pagar un precio? ¿y si no me gusta ese precio? ¿por qué otros parece que lo pagan más fácil?.
¿Qué es fácil o difícil?. Para cada uno algo distinto.
En fin, utilicemos todas las herramientas que la vida nos da para entender por qué queremos lo que deseamos y si por el camino estamos dispuestos a aprender lo que sea necesario. Cada uno a su tiempo.
La vida es corta y no hay nada más lindo que darle sentido a todo este gran misterio.
Un gran abrazo.
Sergio Melich dice
Sí, Pablo… Hoy la razón tiene mucha mala fama, pero también tiene un grandísimo peso en todo lo que hacemos. Incluso lo de querer prestarle una especial atención a las emociones tiene un razonamiento detrás.
Si nadie te dice que llevamos mucha influencia estoica y, a base de acrobacias de razonamiento te lo hace ver como un mecanismo de autosupresión emocional; no te plantearías como justificable todo el mercado posterior de la inteligencia emocional. Te parecería una apología de la laxitud moral y del imperio de la subjetividad.
En cuanto a tu segunda cuestión… En lo que cuentas hay implicado un sesgo: es muy fácil ver a personas que triunfan manejando vehículos (y más a una temprana edad); pero de todos los casos de personas que emprenden negocios (sin importar la edad, ojo), únicamente se hacen conocidos los más sonados y polarizados.
Es decir: los que triunfan o fracasan a lo grande.
A los que les da para ir tirando con su vida y permitirse lo justo, ¿quién los tiene en cuenta? Bueno, excepto la estadística… Porque, al menos en España, en torno al 90% del tejido empresarial son PYMES… Y en torno al 62% de las empresas españolas, si no me bailan las cifras, son empresas unipersonales sin empleados a cargo.
Fíjate qué divertido… Tan abundantes y tan escondidos a simple vista. 🙂
El mundo anglo es muy consciente de que el ser humano siente la necesidad de resolver sus problemas con cierta prisa, y el sentido de inmediatez que ha generado la expansión de las TIC lo agudiza.
Curiosamente, y en relación a todo lo que comentaste y llevo respondido hasta ahora, comparto esto: ya llevan años tipificando un trastorno de evitación experiencial.
En síntesis, se trata de que tendemos a rechazar cualquier emoción, situación o pensamiento que nos parezca negativo. Dolor, aburrimiento, distanciamiento, ansiedad, tristeza y otras emociones en ese espectro son reprimidas; usualmente a base de distracciones y de intentos por «reencuadrarnos a un estado más positivo» (de ahí lo de la evitación experiencial).
Y eso se explota muy bien en las industrias de la autoayuda y de la reinvención personal y profesional… Lo único es que los refranes son más listos, y las historias del saber popular, también.
Los demás pueden servirnos de espejos, por supuesto, y también transmitirnos sus saberes y experiencias al máximo de sus capacidades; pero el actuar, el poner en práctica lo que aprendemos, el «desarrollar el toque», depende de nosotros. Y nos toca proceder teniendo en cuenta que ningún método, maestro, sistema o ideología son perfectos e infalibles.
La mayoría de estas ideas y figuras heroicas fenecen al contacto con la realidad y tienen que revisarse o descartarse por completo; así que lo único que nos queda es encontrar aquellas que caigan en la delicada intersección entre «lo que es útil», «lo que es necesario» y «lo que realmente conecta conmigo».
El final de tu comentario, es para enmarcarlo. 🙂
Otro gran abrazo para ti.
Marta Bernal dice
¡Hola, Sergio!
Antes de nada, darte la enhorabuena por el artículo ya que es claro, directo y lo más importante, hace pensar 😉
Reinventarse, querer lanzarse con un proyecto al mercado Online es un gran salto que hay que analizar, valorar en profundidad y ser consciente de que esa decisión va a tener momentos buenos y malos. Conlleva muchos aprendizajes y para ello, saber responsabilizarse de los actos es fundamental.
Muchas gracias por expresar tu opinión con tanta sinceridad ya que muchos piensan que lanzarse a Internet es un camino de rosas. Y realmente, no todo el mundo está preparado para emprende un proyecto. Y no sólo a nivel Online sino a nivel Offline. Hay que estar preparado para ello y saber tomar decisiones que te lleven a lograr lo que deseas.
Un fuerte abrazo y,
¡hasta pronto!