Agradezco el espacio que me presta Ana para hablar de algo que me apasiona pero que además considero que tiene un valor incalculable: la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es un término que se acuñó en psicología para hacer referencia a otros tipos de inteligencia igualmente importante que la inteligencia típica (cálculo, visión espacial, memoria, etc).
Para que nos entendamos, la inteligencia emocional te sirve para conocerte a ti mismo y conocer a los demás, y esto adquiere una importancia capital si hablamos de la familia y de los hijos.
En las distintas etapas de crecimiento, nos sentimos identificados con la familia, luego los amigos, luego la pareja… Y hasta parece que si no estás en la onda de los demás. Como si hablaras otro idioma.
El idioma de la inteligencia emocional es más profundo. Si supiéramos hablar desde las emociones, conectaríamos más, estaríamos más presentes y escucharíamos con los cinco sentidos.
Y es por esto que vengo a decirte que invertir en tu inteligencia emocional es de las mejores inversiones que harás en tu vida: todo son ganancias. Déjame explicártelo:
Importancia de una sana inteligencia emocional
Las emociones son parte fundamental de la vida, indivisible. Todos los animales experimentan emociones y son las responsables de la evolución y del ciclo de la vida.
Los depredadores atacan a sus presas porque su sistema emocional está enfocado. Las presas se defienden o huyen también influidas por sus emociones y las hormonas que viajan por su torrente sanguíneo.
No te estoy diciendo que nosotros necesitemos huir de osos o leones, pero es cierto que el hombre está hoy aquí porque las emociones le han ayudado a moverse por el mundo.
Pues si las emociones son parte de la vida, no huyamos de ellas. Te sugiero, más bien, que aprendas lo que vienen a decirte y asimiles ese aprendizaje en tu vida.
Educar y entrenar tu inteligencia emocional te ayudará a conocerte mejor, aumentar tu autoestima y saber por qué actúas como actúas en determinadas situaciones.
Si estuvieras más atento a tus emociones, te darías cuenta que siempre que te juntas con el grupo de trabajo acabáis discutiendo, o que cada vez que te cruzas con la vecina del 5º te pones tenso porque te mira de arriba abajo y eso te pone nervioso. ¿Qué quieren decir esas emociones? Más tarde te lo contaré.
Otra de las recompensas por educar la inteligencia emocional es que al escucharte a ti mismo, desarrollarás la escucha activa (un tipo de escucha en la que estás al 100% presente, con todos los sentidos puestos en la otra persona). Ese nivel de escucha te permitirá estar realmente con la persona que tienes delante, sin juicios, sin pensar en el pasado ni en el futuro… simplemente disfrutar de la conversación.
Además, si entrenas tu inteligencia emocional serás capaz de reaccionar ante emociones más intensas de una manera más saludable. Se acabó eso de estar tan estresado que te tengas que pillar la baja. Se terminaron esas discusiones en las que quien grite más alto es quien tiene la razón… Te darás cuenta de tus emociones en el momento en el que se presentan, y sabrás actuar en consecuencia.
Créeme, los enfados no serán más una catástrofe verbal (ni física). Dispondrás de herramientas para controlar tus emociones y reducir la intensidad con la que se manifiestan.
La inteligencia emocional no es sólo vivir más feliz, también es darte cuenta que todas las emociones tienen su hueco. La tristeza por ejemplo, es una emoción tan válida como otra cualquiera y es buena incluso para los más peques. Si has visto la película «Inside Out» (Del Revés), sabrás la importancia de estar triste para cerrar etapas de la vida y crecer.
No es casualidad que desde que se acuñó el término, todas las empresas estén buscando candidatos con alta inteligencia emocional. Incluso en las terapias de pareja lo que se trabaja es educar esa inteligencia emocional, esa sensibilidad a lo que uno mismo grita desde e interior.
Pero tampoco hay que ser un experto, con estos simples hábitos podrás empezar a desarrollar más la inteligencia emocional y observar los cambios que se producen en tu vida.
Comunicación asertiva y empática
Todos queremos comunicar mejor, discutir menos, escuchar y que nos escuchen. Para ello debemos convertirnos en mejores comunicadores, escuchantes y oradores.
¿Cómo se hace? Siendo asertivo. La asertividad es una habilidad social muy estudiada en psicología, que consiste simplemente en defender lo que es tuyo y lo que quieres. Sin ser agresivo ni pasivo. Simplemente siendo más honesto con lo que sientes y conociéndote profundamente.
La comunicación asertiva se basa en no reprochar nada al otro, ni criticar, ni culpar. Se basa en el respeto y en la premisa de ser más eficaces: decir lo que quiero, decir cómo me siento, pedirte lo que me gustaría que hicieras.
Imagina por un momento que tienes que pedirle a tu hijo que te enseñe cómo alojar documentos en la nube. Podrías decirle “Oye, enséñame a subir documentos en la nube que tú sabes, anda…”, o bien podrías decirle “Me gustaría subir documentos a la nube. Sé qué tú sabes hacerlo y me sentiría muy agradecido si me ayudaras. ¿Puedes?”. Creo que adivinas cuál es la manera en la que has usado la asertividad…
Hablar abogando a los sentimientos y a las emociones es la mejor manera de conectar con tus hijos. Además, si empleas la asertividad para realizar peticiones, se convertirá en una constante en la casa y todos podréis usarla, beneficiando así el clima del hogar.
Te dejo una técnica para usar la asertividad a la hora de pedir algo:
1. Explica de la manera más objetiva posible, lo que necesitas.
2. Haz hincapié en cómo te sientes y cómo te sentirás si consigues lo que quieres.
3. Haz la petición teniendo en cuenta que la otra persona puede decirte que no.
Educar la asertividad y la comunicación basada en el respeto viene muy bien con los hijos, especialmente cuando están en la época adolescente. Si comunicamos desde el corazón, los demás corazones nos contestarán.
Como ves, conocerte a ti mismo y escuchar tus emociones te servirá para ser más empático y reconocer las emociones de los que te rodean.
Tener un colchón emocional en la infancia = Éxito en la Vida
Elsa Punset, una experta en el tema de la inteligencia emocional, defiende la idea de que los tres primeros años de vida es cuando se forja el cerebro emocional. Si durante esos años se le da al niño amor, respeto, escucha palabras de afecto y de empoderamiento, edificará conexiones neuronales muy firmes que le ayuden el resto de su vida.
Detectar sus emociones, cambiar cómo te sientes en cada momento, aceptar cumplidos, pedir perdón… todo eso le servirá en los años venideros y solamente necesita que los padres sean también inteligentes emocionalmente.
Piensa que los niños son esponjas y un niño aprenderá lo que vea, oiga y sienta. ¿Qué tal si desde pequeño integra que la inteligencia emocional es la mejor manera de comunicarse y relacionarse con los demás?
Será un aprendizaje que tenga para siempre. Integrado en su ser.
Ten especial cuidado con expresiones como: “llorar es de niñas” o “no seas un cobardica”. Son pequeños matices que pueden hacer que los niños se distancien de las emociones y conviertan la tristeza o en tabú.
Si en casa las emociones se tratan como algo normal e incluso bueno, los niños aprenderán eso y lo integrarán en su vida. Y cuando llegue la hora de abrirse a ti, lo hará porque lo ha visto en casa.
¡Ésa es la magia de la inteligencia emocional!
Conócete a ti mismo para conocer a tu hijo
Creo que te estoy dando motivos de sobra para que estés de acuerdo conmigo en que conocerte a ti mismo, conocer tus emociones y el efecto que producen en ti y en los demás es fundamental para vivir más plenamente.
Es posible que te hayas convencido de que abrir la puerta a las emociones es algo positivo. Pero, ¿y si vamos un paso más allá? ¿Y si supieras exactamente qué quiere decirte cada emoción cuando se presenta? ¿Y si tuvieras un diccionario de las emociones?
La tristeza normalmente significa que te falta algo o que has perdido algo. El enfado aparece para señalarte que defiendas algo que está siendo atacado. La alegría viene para recordarte que lo has hecho bien, que vas por el buen camino y quiere asentar aprendizajes. El asco quiere alejarte de posibles amenazas contra tu integridad. Y el miedo te señala las amenazas y lo que es peligroso para ti.
Pero no todas las tristezas son iguales. Un día puedes estar triste porque no has podido asistir a una reunión de amigos que lleváis mucho tiempo sin veros. Otro día puedes sentirte triste porque ves a tu hijo afectado por algo que no te quiere contar. Quizá otro día estés triste porque te has acordado de aquel trabajo que tuviste en el que te lo pasabas tan bien o cobrabas tanto. E incluso un día puedes estar triste porque querías un abrazo y no te lo han dado.
Como ves, esas emociones son tristeza con matices, cada una te habla de aquello que te hace falta, de necesidades que no están siendo cubiertas. Tener la clave de esto es ir más allá y averiguar el significado de cada emoción. De esto hablo a fondo en mi curso Bienestar Emocional.
Saber qué necesidades hay debajo de tus emociones te servirá para detectar esas carencias de necesidades en tus hijos: cuando lo que necesitan es libertad, reconocimiento, aceptación, sociabilidad, jugar…
Pasa a la acción -> Conoce a tus emociones
Si quieres empezar a vivir una vida más plena y usar las emociones para conocerte más y ayudar a tu familia, te recomiendo que te apuntes a mi MiniCurso Gratuito “Emociónate”, en el que te mostraré el poder de las emociones en tu vida.
Y si quieres profundizar más y averiguar lo que quieren decir tus emociones y gestionar la intensidad con la queaparecen en tu vida, te invito a que le eches un ojo a mi curso Bienestar Emocional, en el que podrás profundizar en tu propio aspecto emocional y descubrir el significado de las emociones.
Como ves, ser feliz depende sólo de ti. Pero ahora además puedes cambiar hoy para ayudar a las personas que tienes más cerca.
Nos vemos pronto.
Ana Vico, Psicóloga y coach experta en emociones.
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Ana Vico dice
Gracias por dejarme un hueco en tu blog para hablar de lo que me apasiona y mostrar la importancia de una buena inteligencia emocional. Ya no para nosotros mismos sino también para todos los miembros de la casa.
Espero que el artículo sirva e inspire 😀
Ana Bizarro dice
Las emociones son mi pasión. Es lo que cambia el mundo. Y nosotras estamos dispuestas a cambiarlo.
¡A conquistar los negocios online!
Gracias a ti por ser como eres … maravillosa.
Miriam dice
Hola Ana! Muy interesante el artículo. Soy de la opinión que muchos de los problemas de los niños están causados por los problemas los padres
En vez de un curisillo prematrimonial debería ser obligatorio uno de inteligencia emocional para padres andes de tener hijos.
Un abrazo!
Ana Bizarro dice
No me gustan ni las obligaciones ni los culpables.
Ser madre (o padre) es para mi el regalo más maravilloso de la vida porque te conecta con el AMOR (incondicional).
Por eso agradezco mucho a Ana este artículo en mi blog dedicados a los padres emprendedores.
Para gustos los colores, Miriam.
Ana Vico dice
Hola Miriam.
Pues te doy un poco la razón, pero como sabes, los problemas no tienen una única causa. ¡He ahí la magia de la individualidad! Todos somos únicos y todos somos distintos.
Gracias por pasarte 😉
Jesús dice
Hola Ana’s!!
Feliz 2016, lo primero!! Desearos un gran año repleto de momentos felices y muchos éxitos… a todos los niveles!!
Muy de acuerdo con el comentario de Miriam: un cursillo de inteligencia emocional para padres antes de tener hijos sería clave. No sé a vosotras, pero en mi casa jamás se hablaron acerca de nuestras emociones: ni implícita ni explícitamente. Debido a eso creo que de alguna manera arrastramos más tiempo de la cuenta cualquier tipo de carga emocional.
Los papis de ahora y del futuro inmediato deben tomar consciencia de educar emocionalmente a sus niños mediante su propio ejemplo.
Un abrazo!! 🙂
Ana Bizarro dice
El mismo deseo para ti Jesús ¡A por el 2016!
Insisto: después de visto todo el mundo listo. Ser padre no es fácil … tampoco ser empresario.
Debemos inspirar con el ejemplo ¡totalmente de acuerdo!
Me parece una maravilla que los jóvenes estéis tan comprometidos con la familia, la educación y la inteligencia emocional.
A por las soluciones chicos!! 😉
Ana Vico dice
Hola Jesús (nos vemos por todos lados 😛 )
Comparto contigo que los papis de ahora y del futuro deberían estar más en sintonía con sus emociones y con las de los peques. De ahí mi artículo que espero que mueva conciencias 😀
Un abrazo