Si eres de los que no te puedes ni imaginar empezar el día sin una buena taza de café para elevar tu energía y si…
- te pasas el día picoteando, del dulce al salado y del salado al dulce,
- necesitas tu dosis de azúcar a media mañana, pero también después de comer para no caer frito sobre la mesa de tu oficina,
- tu sueño no es reparador,
- te sientes cansado por mucho que comas,
- la prisa, el estrés y la falta de tiempo te impiden escuchar las señales de alarma de tu cuerpo,
- los pensamientos negativos invaden tu vida,
No te sientas culpable ni solo ya que, desgraciadamente es un mal común a muchas personas en occidente.
Lo alarmante es que se está normalizando, lo cual dificulta aún más que tomemos medidas urgentes para elevar la energía de manera natural.
Por ello, hoy quiero invitarte a parar un momento y después a seguir leyendo.
He preparado este artículo con la finalidad de aportarte soluciones sencillas e incluso baratas, a tu falta de energía.
¿Nos vamos?
Vitalidad por los suelos ¿Qué está pasando?
Como bien sabemos, todo es energía y la energía está en todas partes.
Todos los seres vivos estamos animados por la energía vital que garantiza nuestras funciones esenciales.
Si previamente te has interesado por el tema, verás que hay mucha información y los enfoques son muy diversos.
Lo que hoy quiero compartir contigo es mi manera de ver el asunto, desde mi experiencia y visión del mundo.
El problema de la falta de energía que sienten cada vez más personas en el mundo occidental reside, a mi parecer, en que hemos construido un mundo artificial ajeno a nuestro entorno natural.
Nuestro entorno natural es la vida: árboles, plantas, flores, animales, luz solar, aire puro y agua fresca.
El medio que hemos co-creado es todo lo contrario: carece de vida; por lo tanto, no es extraño que nos agote.
La vida solo se encuentra en la naturaleza, no en las ciudades, ni en sus centros comerciales, ni en su asfalto, ni en su ruido, ni en su aire contaminado.
En el mundo artificial que nos hemos inventado:
- vivimos encerrados en casas,
- trabajamos encerrados en oficinas,
- los niños “aprenden” confinados en colegios
- entrenamos en centros cerrados llamados gimnasios,
- nos exponemos constantemente a una luz artificial que desregula el funcionamiento de nuestros ritmos internos,
- comemos productos industriales y desnaturalizados,
- bebemos cualquier cosa menos agua y nos creemos evolucionados por ello,
- respiramos aire contaminado, tanto fuera como dentro de los distintos centros que frecuentamos,
- nos embadurnamos a diario con productos tóxicos,
- nos vestimos con ropa sintética que impide a nuestra piel respirar y nutrirse de la luz solar…
La lista es larga, pero imagino que ya te haces una idea de por dónde van los tiros ¿verdad?
Si además, a todo lo comentado le añadimos:
- La batería de creencias debilitantes que dirigen nuestra vida y que hemos hecho propias sin cuestionamientos,
- el constante parloteo mental que nos agota,
- el torrente de emociones negativas que nos invade a diario y que no sabemos manejar,
Al describir este panorama, mi intención no es ni mucho menos añadir más desmotivación a tu vida. Más bien pretendo lo contrario, elevar tu energía.
Con este artículo quiero demostrarte que cargar las pilas es mucho más sencillo de lo que te imaginas.
Quizás mis recomendaciones no te parezcan nada nuevo, tampoco hay que inventar la rueda. Tan solo tienes que ser muy consciente de una cosa: las pastillas mágicas ya no valen en el siglo XXI. Clic para tuitearLas llamadas enfermedades de la civilización no se curan con fármacos, sino con un estilo de vida conectado a la naturaleza y al ser salvaje (léase libre y auténtico) que, en el fondo, todavía somos.
Así que vamos al lío, pero antes de empezar hay algo importante que debes tener presente:
Creer es crear
Lo primero que tienes que hacer es CREER que es posible hacer algo, no caer en el derrotismo ni en el conformismo, por mal que pinten nuestras circunstancias externas.
Escucho a muchas personas decir:
- “es lo que toca”,
- “así es la vida”,
- “es la edad”
- y este tipo de frases desalentadoras que nos mantienen paralizados.
La vida es la que tú quieres que sea, si primero crees que es posible cambiar. Si hay personas que ya lo están haciendo, quiere decir que se puede elevar la energía de manera natural y sencilla.
Y son muchas más de lo que te imaginas, pero mientras no hagas nada diferente es imposible que obtengas resultados diferentes.
Este primer paso es imprescindible para seguir adelante. En tu mano está.
Y ahora sí, vamos con las propuestas.
#1. Di no a la comida desvitalizada
Lo más sencillo para empezar a cargar las baterías es empezar por la alimentación, ya que todos tenemos que comer a diario.
Los productos industriales han invadido nuestra vida en un periodo de tiempo muy corto.
Para nada nos ha dado tiempo a adaptarnos como especie a dichos cambios.
La genética evoluciona muy lentamente mientras que el entorno lo hace a una velocidad trepidante.
Una de las primeras causas de la falta de vitalidad en la población occidental es precisamente el consumo masivo de productos ultraprocesados.
La propuesta es, por lo tanto, que priorices todos aquellos alimentos que puedes distinguir en la naturaleza, con ningún o con un mínimo de procesamiento.
Esta es la mejor garantía de que lo que vas a ingerir te proporcionará vitalidad y bienestar.
Para no liarnos, me gusta mucho como lo resumió el doctor McCullum, de la Universidad John Hopkins:
No comas nada que no pueda estropearse o pudrirse, ¡pero cómelo antes de que lo haga!
Pero, además, para que nuestro alimento nos revitalice, tenemos que optimizar el funcionamiento de las mitocondrias o centrales energéticas situadas en el corazón de cada célula.
Para producir la energía que utilizan necesitan oxígeno, vitaminas y minerales.
En cuanto al oxígeno, nos basta con respirar.
Las vitaminas y minerales indispensables para la producción de energía son el magnesio, las vitaminas del grupo B y la vitamina C.
Prioriza alimentos que contengan estos nutrientes o consulta con tu médico la posibilidad de tomar algún suplemento. Alimentos ricos en:
- Magnesio: semillas de girasol, calabaza y lino; las almendras, nueces y pistachos, los aguacates, las legumbres y el chocolate (85% en adelante).
- Vitamina B: los huevos, el salmón, las sardinas, el hígado, los moluscos como mejillones y ostras, las semillas de girasol, los frutos secos como almendras y nueces, las legumbres, como garbanzos, frijoles o lentejas.
- Vitamina C: además de los cítricos, los pimientos, las coles, el perejil y la albahaca frescos, los escaramujos y el pino. Estos dos últimos, los puedes consumir en forma de infusión hecha con agua templada y dejándolos maceras varias horas.
Y si tienes ocasión de recolectar tus propias plantas en un huerto o silvestres. los nutrientes y la conexión con la naturaleza y la vitalidad de sus alimentos se multiplican de manera exponencial.
#2. Bebe agua fresca
Tanto nuestro hermoso planeta como nuestro cuerpo están compuestos por un elevado porcentaje de agua.
Esta es esencial para realizar numerosas funciones vitales.
Sin agua no hay vida.
Te puedes imaginar lo que significa tener agua contaminada circulando por nuestro organismo ¿verdad?
Pues mi propuesta es tan sencilla como que empieces a valorar el agua, fuente de vida y si tienes la posibilidad, sal al encuentro de agua viva de manantial.
Aparca para siempre todo tipo de bebidas de colorines y dudosos ingredientes.
Para enriquecer tu vaso, puedes ayudarte de plantas y preparar deliciosas infusiones, tanto frías como calientes o bebidas fermentadas como la kombucha o el kéfir.
En cuanto al vino, adelante con el vino tinto, si lo tomas de vez en cuando.
El resto de bebidas te sobrecarga y, por lo tanto, te quita energía.
#3. Pasa todo el tiempo que puedas al aire libre
Pasamos la mayoría del tiempo a la misma temperatura en nuestros cómodos pero contaminados espacios cerrados.
Pasear, entrenar expuesto a los elementos y a las diferentes temperaturas nos fortalece y nos da energía.
O simplemente tomar el sol, resguardados del viento, aunque sea invierno, pero expuestos a la luz solar y al aire exterior también nos llena de energía.
Ambos son imprescindibles para nuestra salud tanto física como mental.
Sincronizar con los ritmos de la naturaleza y sus elementos, en la medida de lo posible, nos reequilibra y favorece todos nuestros procesos fisiológicos.
#4. Camina descalzo cada día
Reconectarse con la tierra es una de las maneras más rápidas y baratas de recargarnos de energía.
La mayor parte de nuestra existencia hemos caminado descalzos o con piezas hechas de pieles animales.
El calzado, tal y como lo conocemos hoy en día, no solo deforma y debilita nuestros pies, sino que además conforma otra capa más que nos separa de la tierra y de su beneficiosa carga negativa en forma de electrones con efecto antioxidante y antiinflamatorio.
No me creas, pero haz la prueba.
Cuando sientas que la fatiga se apodera de ti, camina descalzo por la hierba o por la tierra y notarás en pocos minutos como el cansancio disminuye de forma considerable e incluso como la tensión acumulada en la espalda se esfuma como por arte de… Clic para tuitearEsta es una rutina que llevo a rajatabla tanto en invierno como en verano porque no cuesta nada y sus efectos son notables en muy poco tiempo.
#5. Duerme
En serio, este punto es clave: duerme más y mejor.
Subestimamos exageradamente lo que una noche de sueño reparador puede hacer por nosotros.
Muchas personas prefieren pastillas mágicas y potingues de todo tipo para rejuvenecer antes que trabajar en mejorar la calidad de su sueño, cuando éste es el mayor y mejor regenerador del organismo del que disponemos.
La falta de sueño tiene un impacto negativo no solo en nuestra salud física sino mental (comemos peor, tenemos menos energía, hay mayor riesgo de enfermedad cardiovascular) :
- menos fuerza de voluntad,
- menor rendimiento intelectual,
- incluso mayor riesgo de depresión y Alzheimer.
Lo cierto es que nuestro cómodo mundo (de luz) artificial no nos lo pone nada fácil.
Desde que la luz eléctrica entró en nuestras vidas para quedarse, hemos perdido la sincronización con el ritmo natural de la luz:
- la ausencia de luz significa descanso
- la presencia de la misma nos invita a activarnos.
La omnipresencia de luz eléctrica a cualquier hora del día, hace que lo tengamos mucho más difícil para descansar y dormir en condiciones y las consecuencias son nefastas.
De modo que volver a sincronizarnos con los ritmos de la naturaleza es la tarea que te propongo para que tu sueño recupere el lugar que le pertenece.
Puedes probar con algunas de estas medidas:
- A medida que cae la tarde, empieza a bajar el ritmo poco a poco (a pesar de que el mundo “ahí fuera” continúe su frenética actividad).
- Disminuye las luces de tu casa y apaga todos los aparatos electrónicos que puedas.
- Elige una hora a partir de la cual ya no mirarás más pantallas. Su luz con espectro luminoso azul dificulta mucho la segregación de melatonina, hormona del sueño.
- Además, los estímulos a los que nos somete la realidad virtual son agotadores y cuanto antes los vayamos apagando, mejor descansaremos.
- Decántate por la lectura, escuchar música relajante, charlar con tu familia o incluso jugar a juegos de mesa si tienes hijos.
- No cenes demasiado tarde ni copioso. La digestión es uno de los procesos que requiere un mayor consumo energético y por la noche el organismo tiene otras cosas que hacer. Cenar temprano ayuda mucho a dormir mejor.
- Emplea un difusor de aromas relajantes como naranja, mandarina o lavanda.
Si te parece que son demasiadas cosas a cambiar, te invito a que elijas una y ver qué tal te sientes e ir incorporando otras poco a poco, sin agobios.
El resultado merece mucho la pena.
#6. Practica el bushcraft
No sé si estás o no familiarizado con este término, pero no se trata de otra cosa que de la práctica de técnicas ancestrales de vida en la naturaleza.
Saber dónde y cómo encontrar un refugio, agua, alimento y abrigo forman las bases de la supervivencia y la naturaleza nos provee de todo ello.
Las técnicas para conseguirlo son diversas e incluyen, entre otras:
- encender un fuego,
- el estudio de huellas,
- la caza,
- la pesca,
- la construcción de refugios con materiales naturales,
- el uso de herramientas, como hachas y cuchillos,
- el reconocimiento y la recolección de plantas comestibles y medicinales,
- tallar madera,
- hacer cuerdas y nudos,
- encontrar y filtrar agua,
- orientación, etc.
Puede que te estés preguntando: ¿y para qué necesito yo aprender todo esto en plena era tecnológica?
O quizás ¿qué tiene esto que ver con la vitalidad y la energía?
Pues es bastante sencillo.
La práctica del bushcraft nos invita a:
- reflexionar sobre lo que es realmente importante en la vida.
- valorar las cosas pequeñas y sencillas
- conectarnos con el momento presente y apagar la “radiomente” que tanto nos agota
- descubrir capacidades que ignorábamos tener
- entender de nuevo la naturaleza y sentirnos parte indisoluble de ella
- reconectarnos con nuestro ser salvaje y auténtico.
En este momento evolutivo en el que lo masculino busca su verdadero sitio, la práctica del bushcraft es una poderosa herramienta para ayudarte a encontrarlo.
#7. Libérate de los productos de higiene tóxicos.
Siendo hombre, lo tienes un pelín más fácil al estar menos expuesto a infinitos productos cosméticos y de higiene.
Aun así, la presencia de sustancias tóxicas en la rutina de higiene diaria es un hecho.
Los productos químicos sobrecargan los órganos de eliminación como la piel.
Ello conlleva un mayor esfuerzo (energía) para eliminarlos cuando la acumulación es mayor que aquella que el propio organismo es capaz de gestionar.
Por lo tanto, el lema es siempre: simplifica, menos, es más.
Te gustará saber que la gama de productos a utilizar se puede reducir muy mucho y que las plantas son nuestras aliadas:
- te bastará con un poquito de bicarbonato como desodorante. No darás crédito del resultado,
- hacer tu propia pasta de dientes con arcilla y plantas secas pulverizadas es coser y cantar,
- muchas pastillas de jabón de afeitar ecológicas y residuo cero son de una calidad y eficacia inesperadas
- el gel de aloe vera es el mejor producto que existe para después del afeitado.
Así que adelante, que cuidar la piel no es solo cosa de chicas 😊
A menos tóxicos que gestionar ¡más vitalidad para disfrutar!
#8. Haz lo que amas
Es posible que esto te parezca una utopía, al menos, le sucede a la mayoría de las personas y más aún cuando entras en la temida década de los cuarenta y te sientes atrapado en el sistema industrial.
Si es tu caso, permítete reflexionar sobre ello.
Vivir la vida que otros han pensado para ti es uno de los mayores ladrones de energía que existen.
Y el motivo no es otro que el alejamiento progresivo de nuestro ser salvaje y auténtico.
Por eso es muy importante empezar a hacerse preguntas, cuestionarlo todo, para después ir dando los primeros pasos.
A corto plazo, nada como apagar la tele, el ordenador y el móvil y agendar hacer cosas contigo mismo que te gusten CADA DÍA.
Por ejemplo, hace años me hubiera resultado imposible ir a darme un paseo por el bosque cualquier día entre semana y simplemente disfrutar de ello.
Ahora me lo permito y me siento bien con ello.
¿Por qué esperar siempre al sábado o al domingo para hacer cosas chulas?
Ni ayer ni mañana existen, por lo que te conviene hacer lo que te gusta y lo que te hace sentir bien AHORA. Sin culpas, sin cargos de conciencia.
Te aseguro que éste es uno de los recursos que más energía te va a proporcionar.
A un plazo un poquito más largo, lo mejor que puedes hacer es empezar a conocerte.
¿Quién eres?
¿Qué te mueve?
¿Para qué te levantas cada mañana?
Cuando uno de tus objetivos en la vida es dejar de vender horas por dinero, es imprescindible que indagues en tu interior.
Para ello, no hay mejor lugar que la naturaleza. En ella encontrarás la calma y el silencio que necesitas para escuchar las respuestas que ya llevas dentro a todas esas preguntas.
Cualquier edad es buena para empezar a construir una vida con sentido, paso a paso, pero avanzando a diario.
No subestimes lo que se puede conseguir a la larga por pequeñas que sean las acciones que realices en el presente, único momento del que disponemos.
#9. Agradece
Cada mañana cuando te levantes y cada noche antes de acostarte, en lugar de mirar el móvil, sal fuera de tu casa o abre de par en par la ventana.
Contempla el cielo, el amanecer o la luna, siente el aire fresco, escucha el trajín de los pájaros, siente la inmensidad de la que formas parte y… agradece.
Perdemos muchísima energía pensando en lo que no tenemos.
Si tuviera aquella casa, aquel coche, aquella pareja, este modelo de móvil, más amigos… sería más feliz.
Craso error.
Porque si no eres feliz con lo que tienes, tampoco serás feliz con lo que no tienes.
Expresa gratitud, CADA DÍA, por lo que ya tienes, que suele ser muuuucho más de lo que imaginamos.
Damos demasiado por hecho perdiéndonos en querer más y más, cuando en realidad ¡ya tenemos tanto!
La energía de la gratitud nos saca del automatismo y nos permite ver que siempre hay motivos para sentir alegría y agradecimiento.
Y ningún sitio es mejor para sentirla que la inmensidad de la naturaleza.
Conclusión
Como ves, se trata sencillamente de reconectarte con la naturaleza, primero para encontrar calma.
Desde ahí, puedes escuchar de nuevo a tu verdadero ser y empezar a dar los primeros pasos para el cambio.
Parece un topicazo, pero estamos tan lejos de ambos que hemos llegado a niveles de degeneración y falta de vitalidad nunca antes vistos entre los seres humanos.
Todos disponemos de energía, si no no estaríamos vivos.
Y la vida se encuentra en el medio natural.
Un estilo de vida conectado a la naturaleza nos puede ayudar a recargar la batería.
Pero el uso que hacemos de la energía adquirida es clave para poder mantenerla, así que adminístrala con cuidado y respeto hacia ti mismo.
Y ahora, no perdamos más tiempo y ¡a trabajar!
¡Es tu turno!¿Qué vas a poner ya en práctica?
¿Qué haces tú para elevar tus niveles de energía? Seguimos la conversación en los comentarios.
Un abrazo muy grande,
Kiki
Dori Pecharroman dice
Hola Kiki,
Llevo tiempo pensando como introducir el magnesio en la dieta y no tenía ni idea de como hacerlo. Así es que gracias por los ejemplos que nos das.
También me quedo con lo del bicarbonato como desodorante que nunca lo había oído.
E intentaré caminar descalza cuando esté en el campo para probar la subida de energía.
Gracias por tus consejos 🙂
Kiki Nardiz dice
Hola Dori,
me alegra mucho que hayas encontrado consejos prácticos para ti en este artículo.
La presencia de magnesio es determinante para los niveles de energía, pero el consumo de productos industriales y la agricultura intensiva hace que la presencia de este mineral en nuestro organismo se haya reducido drásticamente.
En cuanto al bicarbonato, para mi es la bomba. Ya verás como su eficacia te sorprende, pero échate poco si tienes la piel sensible.
Y caminar descalzos es tan barato que ni se nos ocurre, qué locos nos hemos vuelto ¿verdad?
Te mando un fuerte abrazo,
Kiki
Olga Boo dice
Hola Kiki,
si nos paramos a pensar un poco realmente todo es aplicar el sentido común.
Después de leer tu artículo me he animado a compartir mi experiencia sobre caminar descalza en la naturaleza. Hace año y medio que salgo a correr por el monte descalza y te puedo asegurar que la experiencia es maravillosa. Después de media hora corriendo descalza el cuerpo se recoloca naturalmente y los pies se adhieren con precisión sobre cualquier tipo de suelo, tierra, piedra. Sientes el frío de la tierra, el calor de la piedra cuando le da el sol, en resumen eres consciente de todas las sensaciones que perciben los pies. Y al terminar la sensación de bienestar es muy gratificante. Gracias por tus sabios consejos.✨
Kiki Nardiz dice
Hola Olga,
¡es un placer saludarte!
Así es, tal cual lo comentas, se trata de sentido común puro y duro, pero me da la sensación de que éste escasea bastante por nuestra manía de complicar las cosas.
Aunque aquí tengo más bosque que monte (Bélgica), correr por el monte y encima descalzo es una experiencia que no se puede describir con palabras, pero coincido en todas las sensaciones que describes.
Muchas gracias por animarte a comentar y un abrazo,
Kiki
Fuensanta dice
Qué agradecida estoy por vuestros artículos, desde que volví a la ciudad hace dos años, me propuse no desconectarme de la naturaleza y vuestro ejemplo de vida es de una gran ayuda. Os deseo lo mejor.
Kiki Nardiz dice
Hola Fuensanta,
gracias a ti por animarte a comentar y compartir tu experiencia. Apesar de vivir en una ciudad se pueden hacer muchas cosas para mantener esa conexión con el medio natural. Basta con tener un poquito de voluntad y ser consciente de los nefastos efectos en la salud de no hacerlo.
Te mando un gran abrazo,
Kiki
Luchy dice
Igual yo. Vivo en una gran ciudad y aprovecho todos los espacios abiertos que tengo en mi entorno (un rio enorme a solo 7 minutos, parques con arboles hermosos y cesped.) En mi apartamento tengo plantas, abro las ventanas y respiro de frente al sol. Hay que aprovechar todas las opciones que tengamos a nuestro alrededor y mas que todo, agradecer!! 🙂
KIKI NARDIZ dice
Hola Lucy,
de eso se trata: de hacer con lo que tenemos. Si esperamos a la situación ideal (que nunca acaba de llegar) no avanzamos.
Además, cuando empezamos a ser conscientes vemos que tenemos mucho más de lo que pensábamos 🙂
¡Un río a 7 mintus es un lujazo!
Te mando un gran abrazo,
Kiki
Elena dice
Hola Kiki! Y hola Ana!
Me ha encantado el artículo. Es cierto que parece todo de mucho sentido común, y fáciles de llevar a cabo, pero a la vez qué fácil es tender a vivir desconectad@…
En fin, con un poco de consciencia y fuerza de voluntad espero llevar a cabo algunos de tus consejos, como ir apagando aparatos y luces a partir de las 10, comer alimentos con magnesio o andar descalza por el campo . A por ello!
Un abrazo y feliz 2020 lleno de retos.
Kiki Nardiz dice
Hola Elena guapa,
¡qué alegría verte por aquí!
Es tal cual dices, puro sentido común como también comentaba arriba Olga Boo. Yo creo que el problema es que es tan simple y fácil que ni se nos ocurre. Antes nos salía de manera natural, ahora hemos creado un muro entre lo natural y nosotros que al fin y al cabo también somos naturaleza.
Por ello también creo que se trata sobre todo de tomar consciencia de la situación como tu bien dices, y tomar la decisión de ir retomando los buenos hábitos que nos han permitido (sobre)vivir tantos millones de años.
Feliz 2020 para ti también y un gran abrazo!
Kiki
Alfonso Vera dice
Gracias Kiki, por tu articulo, me ha gustado mucho. Me ha hecho recordar algunas cosas que ya sabía y otras que tengo que aplicar, menos ordenador y móvil a ultima hora de la tarde, menos trabajo.
Conectar con la naturaleza es una fuente increíble de energía, como por ejemplo, abrazar a los arboles, sentir la energía de los arboles, contra más grandes mejor.
Una de mis fuentes de energía es, el SOL. Todas las mañanas lo saludo, de doy las gracias por su energía, por su luz, sin él no somos nada. A mi me pone las pilas rápidamente y si encima lo combinas con la naturaleza tienes el pack completo de energía, jejeje.
Otra de mis fuentes de energía es el MAR, me aporta mucha energía.
Gracias de nuevo Kiki por tus palabras, un gran articulo.
Un abrazo.
Kiki Nardiz dice
Hola Alfonso,
me alegra mucho saludarte, gracias por animarte a compartir tus fuentes de energía.
Al fin y al cabo coincidimos en lo mismo. Lo que nos pone las pilas es el contacto con la naturaleza representada por los cuatro elementos: fuego (sol), agua (mar), tierra (árboles), todo ello dinamizado por la fuerza del aire que respiramos.
Si tratamos de que estos elementos estén presentes en nuestra vida a diario, vamos por muy buen camino.
Te mando otro abrazo,
Kiki
Bizarro Ana dice
¡Qué pedazo de recomendaciones Kiki! Y cuánto nos cuesta integrar nuevas costumbres y hábitos 🙁
Me ha llamado la atención (y por eso lo pongo en mi lista como cosas nuevas a probar en 2020: el bushcraft (¿Cuál es la traducción?) Lo que sí recuerdo es cuando de pequeña jugábamos en el descampado al lado de casa con 6-9 años y construíamos nuestras cabañas y hacíamos nuestras comiditas … ¡Qué tiempos aquellos!!
Andar descalza es algo que hago en casa con mucha frecuencia ¡lo que sí me he quitado son los tacones! … salvo alguna ocasión en la que tengo que «estar a la altura», jajaja.
Otro de mis objetivos es participar en alguna escapada que hagáis a la naturaleza en Bélgica. Otoño del 2020 lo veo posible … ¡A ver cómo empezamos el año!
Muchísimas gracias por esta perlita de sabiduría, mujer poderosa.
Kiki Nardiz dice
Hola Ana,
lo primero darte las gracias también desde aquí por abrirme las puertas de tu casa digital. Es un auténtico placer compartir mi camino contigo y con tu comunidad.
Lo segundo es que ya sabes que aquí tienes tu casa y te esperamos con los brazos abiertos cuando tu quieras.
El bushcraft es fascinante y a ti, con lo cañera que eres, seguro que te encanta, jeje.
Te mando un abrazo enorme,
Kiki
Ignacio F. dice
¡Muy buenos tips Kiki!
Bastantes de los consejos que dices los practico, últimamente estoy incorporando el correr descalzo. No obstante no corro todos los días y me llama la propuesta de recargar energía caminando descalzo todos los días. ¿Funciona igual de bien sobre piedras, tierra o arena?
Me han encantado estas frases del artículo.
– Apagar la «radio mente».
– Ni el mañana ni el ayer existen.
– Si no eres feliz con lo que tienes tampoco serás feliz con lo que no tienes.
Muchas gracias por compartir tus conocimientos.
Un abrazote muy energético y feliz momento presente 🙂
Kiki Nardiz dice
¡Gracias Ignacio!
Me alegra que te hayan gustado 🙂 Con el correr descalzo ten cuidado y hazlo de forma muy progresiva o podrías tener lesiones. Como dices, es bueno empezar caminando sobre diferentes superficies antes de echar a correr.
Todas las superficies son buenas: hierba, piedras arena, barro, charcos…
La expresión «radiomente» se la tomé prestada a Charuca, me parece tan descriptiva que la he incorporado a mi vocabulario, jeje.
Y gracias a ti por tu comentario.
Un abrazote,
Kiki
Ignacio F. dice
¡Gracias Kiki!
Ayer ya hice mi primera prueba en arena de manera más consciente. Es genial.
Con la práctica del correr estoy aprendiendo Chi-Running que es una manera de correr desde el respeto al cuerpo. Corriendo de esa manera, ir descalzo resulta muy natural y placentero.
Pero como dices, poco a poco que las plantas de los pies llevan muchos años «protegidos» con calzado ultra-protector.
Como todo, hay que hacerlo desde el cariño y el respeto.
¡Un abrazo!
Kiki Nardiz dice
¡Qué bien Ignacio!
me alegra mucho que ya estés notando resultados. Es verdad que el Chi-runnig es una buena manera de empezar.
Con lo increibles que son nuestros piececitos y la mala vida que les damos con tanto zapato :-). Cariño y respeto para ellos, ¡sí señor!
Un abrazo,
Kiki